Andaba dándome una vuelta por la prensa internacional a ver qué decían del desenlace de los cinco días de reflexión de Sánchez y, además de constatar lo crítica que ha sido la prensa extranjera con el presidente español, me he encontrado con una historia de lo más reveladora. La de Kristi Noem, la gobernadora republicana y aspirante a la vicepresidencia de Estados Unidos con Donald Trump. Vale, no tiene que ver con Sánchez, pero sí con lo lejos de la realidad que viven algunos políticos para creer que resulta buena idea para su imagen algo cuando obviamente no lo es.
Resulta que Noem va a sacar un libro, típico libro de memorias en campaña para apuntalar su imagen, y en él cuenta como que no quiere la cosa, que mató a su propia perrita de un tiro por ser un cachorro desobediente. Noem cuenta que disparó a Cricket porque no hacía caso. Catorce mesecitos tenía. Y según su dueña, y su verdugo, la perrita se volvía loca de la emoción persiguiendo pájaros y un día pilló un pollo de los vecinos en un descuido. Así que decidió matarla.
La posible futura vicepresidenta de Estados Unidos cuenta en su libro la historia del pobre cachorro, dice, para ilustrar su voluntad, tanto en la política como en la vida, de hacer cualquier cosa "difícil, desordenada y fea" que sea necesaria. Explica que no fue agradable matar a su perra, menos mal, pero que ya se encarga ella de su propio trabajo sucio. Tanto a ella, como a su equipo de campaña, le pareció buena idea incluir este episodio en su biografía como algo de lo que presumir. Ah, y también cuenta que ese mismo día mató de varios disparos una cabra que olía mal y que como la cabra saltaba tuvo que ir al coche a por más munición.
Esta historia no ha tenido el impacto que la candidata republicana esperaba. Está muy sorprendida de la mala prensa que tiene ir matando cachorros a balazos. En su cabeza parecía una buena idea.
¿Moraleja?
A veces los golpes de efecto, retratan mejor los defectos.