LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "No va a ser posible saber si le ponen la tilde por convicción… o confusión"

Marta García Aller reflexiona sobre la decisión de la RAE de volver a ponerle tilde al adverbio 'sólo'.

Marta García Aller

Madrid | 03.03.2023 07:51

Si se nos estará yendo la inseguridad jurídica de las manos que ha llegado a la ortografía. Una cosa es no saber a qué atenerse en el Código Penal o la fiscalidad, pero es que hasta la RAE nos está dejando sin certezas. Ahora resulta que vamos a poder ponerle la tilde a ‘solo’ otra vez. Pero no siempre, cuando nos dé la gana. La RAE rectifica y devuelve la tilde que le quitó hace doce años al adverbio. Primero sí, luego no, y ahora a veces. ‘Solo’ a veces.

Muchos se acostaron ajenos a las novedades que tendrá el próximo Diccionario Panhispánico de Dudas. La noticia saltó anoche en forma de urgente. La tilde en ‘solo’ queda despenalizada. Última hora: La tilde en ‘solo’ queda despenalizada. También en los pronombres demostrativos “este, ese y aquel”, con sus femeninos y plurales.

Mucha gente se estará alegrando esta mañana al enterarse. Nunca un adverbio había reunido tanta y tan ilustre resistencia. La Academia llevaba más de una década dividida entre quienes seguían poniéndole la tilde a ‘solo’ y los que no.

Seguían reivindicando la tilde en nombre de la desambiguación, aunque siempre me ha parecido que más que ortográfica era una reivindicación generacional. Reválida y EGB mirando por encima del hombro a las nuevas generaciones de insensatos que podían convivir tranquilamente, ajenos a la polémica, con la ambigüedad de no saber si Juan se toma el café solo porque no tiene leche o porque no tiene amigos.

Antes era una batalla generacional. Ahora va a ser un sindiós. Porque la RAE no va a devolverle la tilde a todos los ‘solos’ que equivalgan a solamente. Y menos con carácter retroactivo. Seguirá siendo obligatorio no ponérsela si no existe ambigüedad. Una ambigüedad, que para más confusión, pasa a criterio de quien escriba. Lo mismo pasa con “este, ese y aquel”. Podrá ponerse la tilde o no. Es decir, que en realidad, más que devolvernos la tilde, nos quita la polémica.

Dicen que se ha hecho justicia. Yo solo veo más inseguridad jurídica.

¿Moraleja?

Los que nunca han dejado de acentuar ‘solo’ están de celebración, pero ya no va a ser posible saber si le ponen la tilde por convicción… o confusión.