CON SERGIO DEL MOLINO

La historia de Anagrama, la editorial rebelde

Sergio del Molino trae a Más de uno el libro de Jordi Garcia 'Los papeles de Herralde: una historia de Anagrama', que desentraña la correspondencia de Jorge Herralde, editor y fundador de la editorial española en 1969.

ondacero.es

Madrid | 13.04.2021 14:32

Hoy en Más de uno, Sergio del Molino nos habla de un nuevo libro, ‘Los papeles de Herralde: Una historia de Anagrama’, escrito por Jordi Gracia, que cuenta la historia de la editorial española, desde su creación hasta el año 2000, a través de la correspondencia de su fundador y editor, Jorge Herralde.

Sus inicios datan de 1969, cuando el editor Jorge Herralde, que tenía tan solo 33 años, creó la editorial tras haberse enamorado de autores tan políticos como Jean Paul Sartre. Con ese aliento rebelde, nació su sello ‘Anagrama’, publicando a subversivos como Mao Tse-tung o el Che Guevara. Herralde quiso enfrentarse a dos fuerzas a la vez: al franquismo y al capitalismo. Además, la editorial sufrió muchos problemas con la censura del Gobierno de Franco, anotando la plusmarca de la época de libros secuestrados, con un total de 9.

Cuando murió el dictador, lejos de despegar, la editorial estuvo en serio riesgo de extinción, a finales de los 70. Sin embargo, con la llegada de los años 80, todo cambia para el proyecto de Herralde, que, en 1982, abre una ventana al ancho mundo de ahí fuera a los lectores españoles, y consolidan el sello tras apostar también por libros extranjeros, como ‘La conjura de los necios’. Además, en 1992, Anagrama deslumbra con dos lanzamientos que bien valen un sello entero: Carmen Martín Gaite publica ‘Nubosidad variable’ y Herralde lleva a las librerías una de las novelas más recordadas de Javier Marías, ‘Corazón tan blanco’.

Con la llegada del siglo XXI, Herralde apuesta por nuevos autores. En 2007, Anagrama publicó ‘Crematorio’, de Rafael Chirbes, cuando el país aún no sabía cuántas veces iba a a tener que oír aquello de que “crisis es oportunidad en chino”. Muere Chirbes en 2015, casi al mismo tiempo que Herralde cedió su criatura de 50 años a Silvia Sesé y a sus amigos italianos de la editorial Feltrinelli.

Para conocer más sobre el libro, sobre Anagrama y sobre la figura del fundador de la editorial, hablamos con el propio Jorge Herralde y con Jordi Gracia, autor de esta crónica postal que desvela los entresijos de uno de los más ilustres sellos de la historia literaria de España.

El editor como acompañante crítico

Cuenta el escritor Jordi Gracia que si tuviera que definir a Herralde con una sola palabra sería la de "monstruo" y explica que es una persona que combina la gentileza y la acidez en función de las circunstancias, pudiendo ser extremadamente amable o verdaderamente cruel. Además, asegura el autor que Herralde es un verdadero editor que, además de tener un papel de acompañante crítico, aporta una labor de apoyo al autor tremenda. "Si gana el autor, gana él, y ganar en el sentido de cuajar una obra literaria real y quitarle sus prejuicios al autor, y ayudarle a que esa obra sea lo que los dos aspiran que sea. Un editor no es solo un empresario", comenta.

Sobre la correspondencia que acuña la novela, explica que en esas cartas hay mucha discusión literaria y mucha intervención en los textos y en las carreras. "En ellas se oye hablar a un editor con gusto literario, criterio y con idea sobre lo que tiene que ser y lo que es un autor al que quiere mantener en su catálogo. El objetivo de Jorge siempre ha sido fidelizar al autor en la medida que ese autor sea capaz de fidelizar a un lector", afirma.

Caída de las esperanzas revolucionarias

Por otra parte, Jorge Herralde habla de los problemas que tuvo la firma en sus inicios, con la muerte de Franco y la llegada de la Transición. Admite que su sello editorial siempre fue muy asociado al catálogo político y que, con la elección de Suárez, "los lectores progresistas más aférrimos dejan de leer", con un sentimiento de abatimiento. "Fue un momento dramático que coincide con el fin de los ensueños revolucionarios de parte de la juventud española y se deja automáticamente de leer libro político, de un día para otro", explica. Comenta que su posición política le causó muchos problemas en la época, aunque considera que estaba en sintonía con buena parte de jóvenes, al igual que pasó en Francia –con el mayo del 68–, en Italia, en Alemania... "Se desencadenó una desilusión casi simultánea por el fin de estas esperanzas revolucionarias, que se veía como un fracaso total", reitera.

El caso de Rafael Chirbes

Además, sobre las condiciones para que un autor tenga éxito editorial, explica que la política de autor se empieza con autores jóvenes que tienen mucho potencial. "En el caso de Rafael Chirbes es paradigmático. Era un autor desconocido, pero buenísimo y fue dicifil que triunfara por su carácter público, algo tosco, y sin ninguna concesión a la galería", asegura. "Fue escribiendo lentamente una de las obras más importantes sobre España y la política y la corrupción y lentamente fue ganando lectores con muy buenas críticas. De repente, triunfa enormemente en Alemania, en un programa en el que solo iban autores muy consagrados y lo invitaron tres veces. Finalmente conseguimos que quedara en los dos últimos libros como uno de los mejores autores del siglo", concluye.