José Ramón de la Morena: "Encontré a Adrià Vilanova abandonado por el Barça después de la muerte de su padre"
Tenía dudas esta mañana de hacia dónde mirar o dirigir este comentario. Pensé en dejar firmada una protesta en nombre de todos esos deportistas españoles, que aunque nos parezca increíble, han de pagarse sus viajes hasta los confines del mundo donde van a a representar a nuestro país porque sus federaciones, por una causa u otra, dicen que no tienen dinero para pagárselo. Insólito y ridículo.
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Madrid |
Pero así ha sido este fin de semana con los campeonatos del mundo de tiro olímpico, que han tenido que pagarse ellos el pasaje hacia la India. Y así viene siendo en muchos casos del piragüismo o del taekwondo. Pensé en comentar esa nota populista y oportunista del Barça anoche lamentando los encarcelamientos de la Audiencia Nacional y solidarizándose con los reos y sus familias.
Tenía pensado hablarte de algo de esto, pero es que anoche estuve conversando en el Transistor con Adrià Vilanova, un futbolista del Hércules, el hijo de Tito Vilanova, al que encontré abandonado por el Barça después de la muerte de su padre hace ahora tres años. Recordé los homenajes, los discursos, las visitas a aquella clínica de Nueva York, las promesas a su familia después del funeral. Recordé cuanto usaron el nombre de Tito Vilanova para intentar olvidar a Guardiola, para recordar aquella salvajada de Mourinho con el dedo en el ojo. Y recordé aquellos versos de Bécquer en las rimas cuando decía: 'Dios mío, que solos se quedan los muertos'. Pero descubrí que si esos muertos fueron importantes y han sido hijos de famosos, aún se quedan más solos los huérfanos. Con dos días de retraso he preferido dejar este recuerdo en la mañana en la tumba de Tito Vilanova después de todos los Santos.