Los veterinarios están convocados a manifestarse esta mañana frente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para protestar contra la nueva ley de medicamentos veterinarios que regula el uso de antibióticos. El real decreto entró en vigor el 2 de enero obliga a notificar cada prescripción a través de una plataforma digital llamada PRESVET para controlar el uso de antibióticos y prevenir la resistencia bacteriana.
Los profesionales critican que esta norma pone en riesgo la salud de las mascotas porque les quita competencias y limita su capacidad para tomar decisiones médicas adecuadas. Asimismo, denuncian que se les imponga una carga burocrática excesiva que impide el tratamiento correcto a los animales.
"Una aberración sanitaria y una falta de respeto"
Carlos Rodríguez, veterinario y director de 'Como el perro y el gato', muestra su disconformidad con esta ley por cuestionar su profesionalidad y capacidad clínica.
"Los veterinarios necesitamos tener las manos libres para expresar nuestra capacidad y experiencia", dice en 'Más de uno' mientras se queja de que antes de recetar un antibiótico, tienen que consultar una lista donde aparecen los fármacos que pueden usar y los que no.
A la hora de querer recetar unos determinados fármacos, se les exige realizar un antibiograma, una prueba que puede tardar bastantes días. "Esto es una aberración sanitaria y una falta de respeto" por parte de los gobiernos, denuncia Carlos.
No se valora la profesionalidad de los veterinarios
Los veterinarios, que se sienten maltratados por las administraciones, critican que no se valore su profesionalidad. "No puedo recetar lo que yo considere por mi profesionalidad, tengo que mirar un listado, volverme loco, y ver si lo que yo considero profesionalmente después de años de experiencia, me es permitido administrarlo. Y eso es una aberración", dice.
En este sentido, compara las exigencias a los veterinarios frente a los médicos, quienes no tienen que pasar por ese trámite para recetar antibióticos a sus pacientes. Así, insiste en que "lo que nosotros queremos es trabajar de una forma libre, igual que lo hacen los médicos".
Con todo, insiste en que no podría tratar a los animales de la forma que un profesional sanitario debe hacerlo, "porque me están coartando mi profesionalidad. Eso es lo más libre", dice.
El ministerio defiende que sí tienen capacidad de elección
Por el contrario, el director general de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y Bienestar Animal, Valentín Almansa, no comparte la premisa de que la autonomía de los veterinarios quedará aplazada con dicha ley. Para empezar, defiende que el ministerio únicamente está aplicando una legislación europea, que establece un marco donde esa libertad de elección tiene que desarrollarse.
Lo que deben hacer los veterinarios es "elegir de entre los antibióticos disponibles y autorizados el que sea más eficaz". Si no hay antibióticos autorizados que sean eficaces, puede recetar otro de otra especie o para otra enfermedad. Incluso pueden recetar un antibiótico humano.
"Sí que tienen libertad de elección, pero les decimos que empiecen por los antibióticos destinados a mascotas y, dentro de esos, aquellos que son más normales", explica Valentín.
En definitiva, la norma pretende preservar los antibióticos de última generación porque, si se gastan y dejan de ser más eficaces, "se mueren animales y se mueren personas". Por ello, los antibióticos últimos de la lista, "son los que intentamos que se usen sólo cuando sea estrictamente necesario".
Antibióticos de última generación sin riesgo a sanción
Cuando el animal está muy grave, sí se pueden utilizar los antibióticos que aparecen al final de la lista, los de la última generación, sin esperar a los resultados del antibiograma.
"Lo único que pedimos es que se tome una muestra previa para confirmar que la elección ha estado bien tomada y que no ha habido alternativa", asegura Valentín sin arriesgarse a ninguna sanción para el veterinario.
Por último, el ministerio defiende que sólo serán sancionados en el caso que se demuestre que hay mala fe y no cuando hay errores.