LA BRÚJULA

Así funciona esto: La excepción ibérica

La sección de economía de Ana Comellas en la que nos habla de la excepción ibérica.

ondacero.es

Madrid | 06.05.2022 22:06

El Ministerio de Transición Ecológica ha conseguido que la Comisión Europea acepte la llamada 'excepción ibérica' para hacer frente al impacto de los elevados precios del gas natural en la tarifa regulada de la electricidad. Ana Comellas nos habla en su sección de Así funciona esto, de cómo se forma el precio de la electricidad y como le afecta a la excepción ibérica.

¿Qué es el mercado spot?

El mercado spot de la electricidad es en el que se negocia la cantidad de energía que las empresas comercializadoras, las que nos venden a hogares y empresas, compran a las empresas generadores a cambio de un precio. Lo negocian hoy para consumirlo mañana.

La fijación marginalista de precios

Cada empresa generadora de electricidad, acude a esa lonja, que se llama OMIE, Operador del Mercado Ibérico de Energía, y ofrece la electricidad que puede generar a un precio, en función de sus costes. Si soy una generadora nuclear, como una vez iniciada la fisión no la puedo parar y genero sí o sí, con el mismo coste, voy a ofrecer la electricidad muy barata.

Por ejemplo, una generadora renovable, como una central fotovoltaica o una eólica, me pasa más o menos lo mismo. Cada vez que saco el barco, me vienen los peces. Pero no siempre que quiero, puedo salir a faenar: que se genere energía renovable depende de que haya sol o viento. En esa circunstancia, también ofrezco al mercado la energía muy barata, pero sólo si tengo.

¿Cómo funciona la fijación del precio final de la electricidad en España y en toda Europa?

Las empresas comercializadoras van comprando electricidad, primero a las generadoras más baratas y, según se va acabando la electricidad que generan éstas, comprando a las siguientes más caras, y así sucesivamente hasta que se cubre toda la demanda esperada de electricidad de ese país para el día siguiente.

El precio al que se negocia el último MWh que se contrata, es el que fija el precio de toda la electricidad del día. El 8 de abril, que brilló el sol y sopló el viento tanto, que a mitad del día el precio de la luz estuvo en 7 euros el MWh. Mañana 7 de mayo a la misma hora, se pagarán 148 euros el MWh. La diferencia es que hace un mes no necesitamos tirar de gas y mañana, sí.

España y Portugal reciben una parte muy pequeña del gas que consumen a través de tubos, de gasoductos, que es la forma más barata de transportar en gas. Es el gas que viene de Argelia. El resto, lo importamos licuado, por mar, de hasta 10 países diferentes, y lo gasificamos aquí. El proceso es más caro, pero en la situación actual, no nos hace depender del suministro ruso.

Pero ojo, que eso no hace que nosotros compremos el gas más barato que el resto de Europa. El precio del gas también se fija en un mercado spot y, si hay escasez de gas, el precio sube para todo el mundo. Por otra parte, nosotros y los portugueses somos de los países de Europa con más producción renovable, así que consumimos menos gas que otros, y por eso es más sangrante que paguemos la electricidad tan cara, cuando el 70-80% de la que generamos, es mucho más barata.

¿Cómo afecta esto al precio de la electricidad?

Imagina que el precio del gas un día concreto es de 200 €. Ese es el precio al que lo compra la generadora. Luego tiene que quemar ese gas para generar electricidad y eso le cuesta, no sé, 60 €/MWh. Si ese día el último MW que se compra en el mercado eléctrico se genera con gas, el precio sería de 260 €.

Si, en cambio, sea cual sea el precio del gas, fijamos para la producción eléctrica un precio de 50 €/MWh, añadiéndole el coste de generar electricidad de 60 €, el precio final de la electricidad sería de 110 €/MWh.

¿Y el precio de la factura del gas también bajaría?

Ese precio sólo se utiliza para calcular el precio de la electricidad en España y Portugal. La electricidad que exportemos a Francia, cogerá el precio real del gas, y los compradores de gas como tal, los hogares o las propias empresas generadoras, pagarán su precio real. La idea es intervenir el mercado lo menos posible, para no generar problemas de competencia con el resto de países.

Las eléctricas cifran en unos 6.000 millones de euros la pérdida estimada durante todo el año que la medida esté en vigor. Y ese coste que en primera instancia asumen las generadoras, antes o después se acabará repercutiendo al consumidor. El Gobierno cree que, en cualquier caso, la bajada del precio de la luz compensará el sobrecoste futuro.

La excepción es una especie de parche que nos hace el apaño, pero lo suyo sería no hacer tanta gala ibérica y que se plantee una nueva forma de fijar los precios para toda Europa.