EN LA BRÚJULA

La carta de Ónega a los jetas de las vacunas: "Sois la picaresca de siempre, versión siglo XXI, que aparece en cuanto tiene oportunidad"

Fernando Ónega dedica su carta en La Brújula a todos aquellos altos cargos que se han vacunado antes de tiempo.

ondacero.es

Madrid | 22.01.2021 23:23

Y buenas noches a ti, a quien no voy a citar por su nombre. A ti, que te has creído muy listo y te colaste en la fila en la fila de las vacunaciones sin siquiera pedir disculpas a los que llevaban meses esperando su turno.

A ti que, por lo que veo, perteneces a todos los estamentos con algo de poder y podéis inspirar sabios artículos sobre la picaresca transversal: los primeros en ser detectados, ese matrimonio de alcaldes que seguís tranquilamente en vuestros puestos; los demás alcaldes, creo que casi una docena que, como sois alcaldes, debéis estar protegidos del Covid por el bienestar de vuestros pueblos; ese consejero autonómico de Sanidad que no quería vacunarse, por Dios, cómo iba él a hacer eso, pero lo hizo por el bien de la comunidad; el otro ilustre que no solo no quería, sino que odia las vacunas, pero no tuvo fortaleza de espíritu para negarse; el otro que nunca se vacunó, ni siquiera de la gripe, y fue a caer el pobre en la Pfizer; los casi doscientos que Ximo Puig tiene detectados en la Comunidad Valenciana; hoy, esos mandos militares a los que Margarita Robles pide explicaciones; y mañana, sabe Dios qué otros nombres saldrán.

Tengo la sospecha de que más de un español --¿por qué casi todos son varones?—se ha tomado un sedante, del canguis que le entra de pensar que alguien puede revelar su hazaña. Vuestras acciones son más de jetas que de practicantes del abuso de poder. Vosotros sois la picaresca de siempre, versión siglo XXI, que aparece en cuanto aparece la oportunidad. Vosotros, en fin, sois los nuevos buscones, los nuevos Lazarillos que, resueltas las hambres, queréis resolver la salud.

Pequeñas corruptelas, ya sabemos; el servicio público, que obliga a ciertas distinciones; la debilidad humana, a ver si somos comprensivos. Tranquilos, que no iréis a la cárcel, aunque lo tengáis difícil ante la vecindad. Y, si vuestros hechos son condenables, hoy, ya con aire de fin de semana, echo mano del cinismo y hago un canto a la vacuna por su aportación al enriquecimiento literario de este país: las disculpas que habéis puesto cada uno son originales e ingeniosas. Estoy por coleccionarlas. Ya tengo el título, editor: “Antología de la nueva picaresca nacional”.