LA BRÚJULA

La carta de Ónega: "Lo único seguro es que seguiremos confinados hasta el célebre día 26"

Buenas noches, confinamiento. He tardado un poco en escribirte, pero ya sabes: lo vas dejando, dejando, hasta que llega un día en que se habló tanto de ti, que el escribidor se plantó y se dijo “de hoy no pasa”.

ondacero.es

Madrid |

Lo primero que tengo que comunicarte para tu satisfacción es que, por el momento, eres la palabra del año. A la pregunta telefónica de cómo estás y como está la familia, la respuesta es: “aquí, en el confinamiento”. Ni los más viejos del lugar te habían utilizado tanto. Eres la palabra más socializada. Lo segundo es informarte, como si esto fuese una confesión, que te respeté durante las 24 horas de cada día, noches incluidas. Te respeté como si no fueses un mandato del gobierno. Durante toda tu vigencia solo pisé la calle una vez y tengo coartada.

No salí ni a comprar el pan ni a reponer el vino que alarmantemente se agota. No pisé un supermercado. No gasté un euro en gasolina ni otros vicios. Y supe hacerme a la idea de que esto va para largo con santa resignación. Soy, confinamiento, un confinado ejemplar. No sé por qué no me sacan como muestra en alguna televisión. Bueno, tampoco voy a echarme flores: me he portado como la mayoría. Y hoy, la señora ministra portavoz me hizo un cosquilleo al decirnos a todos donde Susana Griso que lo mismo te alivian a partir del día 26. Este sería el calendario: mañana, aprobación en el Congreso y el 26 empezarían a aflojar tu corsé, aunque de forma controlada, vigilada, escalonada, progresiva y selectiva.

Pena que después haya salido el ministro del virus, perdón, de Sanidad, y nos haya aguado la fiesta. Pena que la propia ministra Montero solo haya podido afirmar que hoy por hoy lo único seguro es que seguiremos confinados hasta el célebre día 26. Estoy por pedirle formalmente una prórroga. Es que si acaban contigo, confinamiento, seguro que abrirán bares y otros lugares de perdición. Es que si acaban contigo nos vamos a lanzar a esos sitios como si no hubiera un mañana, con lo bien que se está en casa. Y es que si acaban contigo, volveremos a dejar de llamar a la familia y a esos amigos que hacía siglos que no llamábamos ni llamaban. Es que si acaban contigo, será un atentado cultural porque se nos acaba un tema de conversación.