EN LA BRÚJULA

La carta de Ónega al Libro de Familia: " Decirte adiós es confesar una edad, pero qué le vamos a hacer"

Fernando Ónega dedica su carta de La Brújula al extinto Libro de familia.

ondacero.es

Madrid | 30.04.2021 23:25

Y buenas noches de despedida, Libro de Familia. Decirte adiós es confesar una edad, pero qué le vamos a hacer. Ahora, con la vacuna, las edades ya son una confesión pública. El caso es que hoy te decimos adiós. Hace once años, vivía Zapatero, hicieron una ley que te daba vida hasta el 30 de abril de 2021. A partir de ahora te sustituye un registro personal informático, ya sabes: la modernidad, la digitación, el click.

Cosas del progreso, que arrasa las tradiciones, y no podías librar, Libro de Familia. Te confesaré una cosa: desde que te tengo, he perdido salud y he perdido hacienda, se me extraviaron relojes y paraguas, por algún sitio se quedaron imágenes, fotos, amores y recuerdos, pero a ti te he conservado como si fueses una joya de la abuela. Y algo más prodigioso: tengo dificultades para encontrar la escritura de mi casa cuando renegocio la hipoteca, pero sé exactamente en qué cajón te dejé.

La primera vez que Julio Iglesias trató de seducir a una mozuela, llegó al Gran Hotel de La Toja, le pidieron el Libro de Familia y terminó amando en la playa. Eras por entonces y fuiste años después el instrumento de la castidad del franquismo y de parte de la transición. Te pedían en los hoteles como ahora te piden la tarjeta de crédito. No tenerte era indicio evidente de pecado. El fornicio juvenil tenía su lista de hoteles donde no te pedían, como ahora tenemos una lista de radares de carretera. Y cuando el pecado tiene todos los números para ser un recuerdo, dejas de existir. Te jubilan, Libro de Familia. Pasas a ser una nostalgia. ¡Qué generación la mía!

Llevo años diciéndolo: suprimieron el Servicio Militar cuando ya habíamos hecho la mili; aprobaron el divorcio cuando ya vivíamos en pareja de hecho; crearon el IRPF cuando empezamos a cobrar un sueldo; bajaron el interés de las hipotecas cuando ya habíamos comprado casa; pusieron el permiso de paternidad cuando ya teníamos nietos. Y te cancelan a ti, Libro de Familia, cuando hay hoteles por horas, hoteles para la siesta, hoteles con garantía de confidencia. La libertad, querida Isabel Díaz Ayuso, también debe ser eso. Lo malo es que ahora que te suprimen, Libro de Familia, en recepción me miran y piensan que solo puedo ir a dormir.