Xavier Sardá titula sus memorias ‘Mierda de infancia’ y cuenta que su infancia no fue una ‘infancia de mierda’, sino que hubo mierda en ella como el franquismo, la muerte de seres queridos, la mili o su paso por el colegio. A los once años descubrió cuál era el día de su cumpleaños, ya que hasta entonces sólo sabía que era en abril; lo descubrió cuando murió su madre al coger el libro de familia.
Cuenta que tenía unos abuelos ‘falsos’, es decir, que nunca conoció a sus abuelos: murió su abuelo y su abuela se casó con un hombre, murió su abuela y éste hombre se casó con otra mujer. De su familia también habla de su hermana mayor, Rosa María, que ha jugado un papel importantísimo en su vida; recuerda algunas de las anécdotas que ha vivido junto a ella y concluye sobre hermana que ‘era una hermana-madre sufridora’. Ha tenido tres muertes muy cercanas en su vida: sus padres y su hermano mayor; afirma que con el paso del tiempo esos golpes se terminan superando, pero que duelen.
En cada página del libro hay un poso de tristeza pero, como dice Julia, se nota que ha crecido como escritor. La presentadora cuenta que después de leer el libro entran ganas de abrazar al autor, ya que lo hace mucho más cercano.
Sobre su juventud y los porros cuenta que nunca los pudo fumar, por lo que se hizo más un ‘yupi-progre’ que acudía a manifestaciones. Sobre esta etiqueta de ‘progre’ dice que siempre ha existido por parte de ‘los fachas’, y que cree que ya han quedado un poco atrás estos calificativos.
Termina Sardá afirmando que ha tenido muchísima suerte profesional y personal, a pesar de haber tenido mucha mierda en su infancia: ‘Lo jodido es tener la oportunidad y no comerte el mundo’.