La pasada semana explicábamos un método de dopaje: algunos deportistas se someten a transfusiones de su propia sangre, lo que ha puesto al borde de la muerte a un gran ciclista, el italiano Ricardo Riccó.
Ricardo Riccó, que fue segundo en el Giro de Italia 2008 sólo por detrás de Alberto Contador, acaba de ser condenado por un tribunal deportivo de su país a 12 años de inhabilitación, pero al menos ha salvado la vida. En febrero del año pasado fue trasladado a un hospital italiano, donde tuvo que ingresar en la Unidad de Cuidados Intensivos. No le funcionaban los riñones ni otros órganos y Riccó confesó que acaba de meterse un chute de su sangre para aumentar su rendimiento. Algo había salido mal o en la conservación de la sangre o en la inyección, pero el hombre se moría. Y decidió hablar. Durante algunas operaciones policiales en España, por ejemplo, un ciclista gallego, no podemos decir más, acabó en un hospital y casi pierde la vida después de una de esas prácticas. Pues bien, cuando por suerte se recuperó, ya no quiso declarar ante la Guardia Civil.
El dopaje es un negocio ilegal y muy boyante, por tanto, hay comportamientos mafiosos. Vamos con algunos números. El último informe fiable y oficial, elaborado para la Interpol por el italiano Sandro Donatti en 2007, habla de que en el mundo se dopan 31 millones de personas, solo una minoría son deportistas. También hay por ejemplo, personas que se dopan en profesiones tan dispares como la de criadores de caballos (que dopan a los animales, claro), militares (los pioneros en el dopaje), aspirantes a bomberos, musculitos adictos al gimnasio y actores de todo tipo:
Los jefes militares nazis daban anfetaminas a sus soldados, sobre todo a los aviadores, para que pasaran más horas de vuelo y más concentrados. En Vietnam, el ejército norteamericano usaba la marihuana... En cuanto al cine, muchos actores porno se dopan para mantener la forma.... Y actores más serios para los que su físico es un arma importante, también usan el doping. Por ejemplo, Silvester Stallone, Rocky o Rambo, fue sorprendido a su llegada a Australia en 2007 con 48 ampollas de jintropin, la hormona de crecimiento fabricada en China, usada para perder grasa y aumentar la masa muscular.
Terminator (Arnold Schwarzenagger) comenzó su carrera como un gran culturista y llegó a Estados Unidos desde Austria para triunfar. Uno de los primeros documentales que le hicieron famoso en Norteamérica, llamado Pump the iron, fue producido por la familia Gambino, uno de los clanes mafiosos italoamericanos más conocidos. Los Gambino controlaban entonces el tráfico de esteroides, que es un material de dopaje muy eficaz para aumentar los músculos y muy usado, por tanto, por culturistas. Con el tiempo, en este negocio están ya las mafias de la antigua Unión Soviética y China.
¿Cuánto dinero mueve el dopaje?
Los productos del dopaje mueven más dinero en el mundo que el tráfico de heroína. Los últimos datos fiables calculan que el dopaje genera unos 15.000 millones de euros al año. Que se venden 34 millones de viales de EPO y dos millones de dosis de hormonas de crecimiento al año. En cuanto a los deportistas, los más famosos que se dopan están pagando entre 60.000 y 300.000 euros por los tratamientos más caros. Los humildes, obviamente, pagan mucho menos e incluso improvisan ellos mismos sus programas de dopaje. En una de las últimas operaciones contra el dopaje de la policía se descubrió que varios jóvenes aspirantes a ser bomberos en la Comunidad de Madrid se metían de todo para superar las exigentes pruebas físicas de los exámenes.
Medicamentos legales usados para doping
La Eritropoyetina, o EPO, es un medicamento que sirve para tratar la anemia. Genera más glóbulos rojos en sangre, por tanto, más capacidad de oxígeno, de esfuerzo. Hasta hace unos diez años era indetectable, ahora se usan microdosis y la última versión de la epo es la CERA o Mircera, más cómoda porque hay que inyectarse menos días. EPO fue, por ejemplo, el dopaje que usaron ciclistas como Roberto Heras o Iban Mayo, pasando por el fallecido Marco Pantani. Y atletas como el campeón olímpico en 1.500 Rachid Ramzi y el medalla de bronce europeo en 3.000 obstáculos José Luis Blanco.
La hormona del crecimiento se usa, obviamente, en personas con problemas de enanismo. En dopaje se utiliza porque reduce el peso total de un atleta, su grasa, pero mantiene su masa muscular. Se rinde más, se genera más fuerza. Se vende mucho la variedad china, y es indetectable en controles. La usan algunos velocistas y lanzadores en atletismo, levantadores de pesas, remeros, piragüistas, nadadores o jugadores de Rugby y de fútbol americano.
Y el clembuterol, ya hablamos aquí cuando el asunto Contador, permite ganar masa muscular y recuperar más rápido de los grandes esfuerzos en los entrenamientos, por ejemplo. Un buen programa de dopaje va combinando todos estos productos con otros (insulina, corticoides para recuperar, transfusiones sanguíneas...).
Riesgos para la salud de los deportistas
La EPO, por ejemplo, acaba machacando los riñones, produciendo hipertensión y problemas cardiacos. Hay estudios que indican que el uso no indicado de hormona del crecimiento produce también hipertensión, hipotiroidismo y un aumento anormal de lengua, orejas, nariz y riñón. Algunos la asocian también a la mayor posibilidad de sufrir tumores. Pero es que, como en todo buen negocio, la gente del dopaje no deja de innovar, buscando productos nuevos que sean indetectables en los controles
Lo último en doping: Productos para caballos
TB500, un medicamento usado para aumentar el rendimiento y la capacidad de recuperación de los caballos de carreras, que están tomando ya algunos deportistas. En el Tour del pasado año se descubrió que un ex ciclista y luego chófer del equipo Lotto iba a recibir un envío de TB500 desde Australia. Y lo último que circula ya por España es el Aicar, algo mucho más sofisticado, un producto probado solo en ratones y que se conoce como píldora del ejercicio:
Es un producto muy eficaz en el dopaje. Básicamente, el Aicar engaña al organismo de quien lo toma. Cree (hablamos de ratones que son los únicos seres vivos que se han estudiado en laboratorio dándoles aicar) que el músculo está fuerte, ha entrenado mucho de forma natural y le permite hacer esfuerzos extras, pero no es así. Es algo similar a la euforia o la sensación de poder que te pueden dar algunas drogas, solo que, ahora, aplicado al deporte. Por eso se le llama la píldora del ejercicio.
El dopaje continúa evolucionando
La Agencia Mundial Antidopaje tiene datos que hablan del doping de las embarazadas, pero son solo indicios. Se trataría de recuperar una vieja práctica, habitual en los años setenta en algunas atletas femeninas de países del Este de Europa, que se habrían quedado embarazadas –casi siempre por inseminación artificial– para competir en los primeros meses de su gestación aprovechando la energía extra del embarazo, que produce un aumento del volumen sanguíneo y, por tanto, una vez más, de oxígeno y energía. Sería un dopaje natural, digamos. Cumplido el objetivo, lógicamente, esas mujeres atletas tienen que abortar.
Antecedentes de Doping en mujeres de Alemania
Aquello era un dopaje de estado. Y tuvo gravísimas consecuencias para la salud física y mental de los deportistas, sobre todo mujeres, donde la Alemania comunista fue una potencia olímpica imbatible. Por ejemplo, a la campeona europea de lanzamiento de peso Heid Krieger le inyectaron durante tantos años hormonas masculinas para aumentar su potencia que ahora se llama Andreas Krieger y es un hombre, un hombre que ha denunciado aquel siniestro programa de dopaje. Muchas otras grandes campeonas denunciaron las secuelas de aquello. Por ejemplo, y según un estudio de una universidad alemana con 52 de esas deportistas de elite, uno de cada cuatro de sus hijos nació con alergias y uno de cada diez tiene una incapacidad física severa. Las mujeres atletas dopadas tuvieron 32 veces más riesgo de abortos que una mujer normal.
Secuelas psicológicas
Un psiquiatra llamado Nestor Szerman, que trató a un deportista que fue hallado muerto hace unos años, lo explica muy bien. El doping produce euforia, agresividad, ganas de competir, de atacar... Cuando se deja de tomar, llega el bajón, entonces algunos gurús les recomiendan tomar prozac, analgésicos. Y algunos deportistas, los más frágiles, se enganchan a esa rueda, esa montaña rusa o ruleta rusa, más bien… Y acaban tan mal como Pantani o el Chaba Jiménez.
Los guiñoles franceses y el papel de España en la lucha contra el dopaje
España y sus gobiernos (los de Aznar y Zapatero) han tenido un papel penoso en la lucha contra el dopaje. En el caso de Alberto Contador, la Federación Española de Ciclismo propuso que se le sancionara con un año de suspensión después de que diera positivo en el Tour. Cuatro días después de conocerse esa propuesta, el que era presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, escribió un twitter populista donde decía que no había razones para sancionar a Contador. E increíblemente, la Federación Española anunció que cambiaba su propuesta y que proponía no sancionar ni un día al ciclista que había dado positivo. Obviamente, eso no ayudó ni a Contador ni a la imagen de España como país comprometido contra el dopaje.
En países serios, esto no ocurre, al menos últimamente. Francia está investigando a Jeannie Longo, la mejor ciclista de la historia y su mejor deportista femenina, cuatro veces medalla olímpica, 13 veces campeona del mundo, por dopaje, y Sarkozy, y mira que busca votos, no la ha defendido. El gobierno de Estados Unidos ha dejado a sus agencias investigar hasta la saciedad a Lance Armstrong y no ha hecho ni un pronunciamiento oficial. Tampoco cuando la novia de América, la atleta Marion Jones, fue investigada y sancionada por dopaje. Aunque duela, España ha sido desde hace años un paraíso donde han venido a doparse deportistas de todo el mundo. El último, el mes pasado, el campeón olímpico de atletismo el marroquí que corre por Bahrein, Racheed Ramzi. Lo cierto es que los políticos usaban los éxitos del deporte para hablar del milagro español y ganar votos y no querían demasiados escándalos.
¿Por qué no van esos deportistas a doparse a Italia o a Francia?
Francia se puso colorada una vez. Fue en 1998 y se descubrió en el Tour el caso Festina, una trama masiva de dopaje que atrapó, por ejemplo, a Richard Virenque, su mejor ciclista y un ídolo nacional. Italia realizó otra gran redada en 2001, coincidiendo con la Milán-San Remo. Y sus fiscales son bastante implacables, al menos con algunos deportes, como también ocurre en España.
Operaciones en España contra el dopaje
La mejor operación contra el dopaje la hizo en 2006 la Guardia Civil. Detuvieron al doctor Eufemiano Fuentes y consiguieron bolsas de sangre, programas de dopaje y documentación de 57 ciclistas, casi todos españoles. Pero también estaba el mejor ciclista de Alemania, Jan Ulrich, que fue sancionado en su país y se retiró. El mejor ciclista italiano, Ivan Basso, que confesó, aunque a medias, y fue sancionado también. Y el único ciclista español sancionado con dureza fue Alejandro Valverde, y lo hizo la justicia deportiva italiana.
Presunción de inocencia contra toda evidencia.
En España ocurrió el caso de Gurpegui, futbolista del Athletic, sancionado dos años por consumo de nandrolona. Y una vez más, y nos tememos que se enfadarán en Euskadi, la historia se contó como una persecución contra el Athletic y hasta contra el País Vasco. Cuando la Guardia Civil investigó a Marta Domínguez, y fue una investigación chapucera y que no obtuvo pruebas, lo contamos aquí hace meses, varios dirigentes del PP dijeron que era una operación de Rubalcaba contra Marta porque ella era del PP.
Hipocresía en la lucha contra el dopaje: Se persigue a algunos más que a otros
El ciclismo es el deporte más perseguido y controlado con diferencia. Es como si solo se persiguiera el tráfico de cocaína en Italia y no en España o Estados Unidos por ejemplo. Los ciclistas pasan cientos de controles sorpresa y sorpresa de verdad, tienen un pasaporte biológico, es decir, su sangre es controlada media docena de veces al año para detectar variaciones que no sean naturales... Así se ha pillado o al menos sancionado a casi todos los últimos grandes: Contador, Ulrich, Basso, Landis, Pantani, que se acabó suicidando...
Otros deportes
El segundo deporte que está más vigilado es el atletismo, que también está empezando con el pasaporte biológico de forma muy limitada y discreta. En el tenis los controles, que existen, no tienen ni comparación con los del ciclismo y el atletismo. Y el menos vigilado en Europa, es el fútbol. En España se hacen controles solo a dos jugadores de dos equipos de primera división cada semana, y siempre se avisa con antelación. "El que dé positivo es que es tonto", nos decía un médico deportivo.
El dopaje en el fútbol
El dopaje está en todas partes, desde el ajedrez hasta las traineras del País Vasco, donde está abierta una investigación, la operación Estrobo, que tiene ahora diez imputados, varios de ellos del equipo Urdabai, uno de los que más éxitos ha conseguido en los últimos años. Uno de los mejores futbolistas del mundo en los años setenta, el alemán Franz Beckenbauer, confesó ya hace años que se sometía a transfusiones de sangre para aumentar su rendimiento. En Italia hay varias investigaciones abiertas, después de que 15 ex futbolistas murieran jóvenes de Esclerosis Lateral Amiotrófica y médicos de uno de sus mejores equipos, la Juventus, fueron suspendidos tras el positivo de Fabio Cannavaro. Al final, es mucho más fácil meter mano en el ciclismo que en el fútbol. Y en esa mezcla de mafia, moralidad e hipocresía andamos metidos.