"La salud mental se está viendo sustituida por todo el efecto de la pandemia", asegura Maite Marcos, directora técnica de la Asociación ASAENES. En Julia en la onda hablamos con la psicóloga sobre salud mental y las secuelas que sigue dejando la crisis del coronavirus.
Maite Marcos afirma que un problema grave de salud mental requiere "todas las esferas": "Con la pandemia, se han disparado problemas de ansiedad, depresión, insomnio... Todo el confinamiento supuso distanciamiento físico y el modelo de atención comunitario está sufriendo una crisis".
En este sentido, comenta que el acceso a dichos servicios se está viendo "muy medicalizado": "Si hay pocos recursos humanos, al final toda atención está vinculada al fármaco, aunque no queramos. Hacen falta herramientas y recursos que no sean un fármaco".
Además, Maite Marcos subraya la media europea de psicólogos por cada 100.000 habitantes. "En España hay seis profesionales por cada 100.000 habitantes. La media europea está en 18 y en los países nórdicos, en 4. A esto se suma a que el espacio terapéutico se suprime por seguimiento telefónico. Se nos quita el contacto y la presencia, y se corre el peligro de que todo el modelo comunitario y el vínculo terapéutico con personas con problemas de salud mental se vea amenazado".
Los problemas pueden venir por la crisis actual, con un impacto económico que acaba afectando a las familias. "Lo estamos viendo en niños y jóvenes, con familias que pasan a un ERTE y a las que afecta la salud mental de todos".
Por último, la psicóloga apunta a tres grupos de población que deben tenerse en cuenta con el desarrollo de la pandemia: "La evidencia científica dice que hay que ser prudentes con los datos de suicidios. El tema de riesgo se ha elevado con la pandemia, desde el personal sanitario de primera línea a la población con trastornos previos y otro sector en exclusión social".