EN BUENAS MANOS

La relación entre enfermedades de transmisión sexual y fertilidad

Las ITS pueden conducir a problemas de salud como infertilidad, trastornos neurológicos y cardiovasculares, y aumentan el riesgo de contraer otras infecciones, como el VIH. “La clamidia es la enfermedad bacteriana más frecuente en mujeres menores de 25 años y, aunque no suele presentar síntomas, es una causa importante de esterilidad” afirma la doctora Victoria Verdú, coordinadora de ginecología de la clínica de reproducción asistida Ginefiv. Y es que, a menudo, estas enfermedades no muestran unos síntomas concretos, por lo que es muy importante la prevención y someterse a revisiones rutinarias, para así poder detectarlas a tiempo.

Redacción

Madrid |

Según datos de la OMS, en verano se dispara el número de infecciones de transmisión sexual (ITS) debido al aumento de relaciones sexuales con parejas esporádicas. Las más comunes son la clamidia, la gonorrea, la sífilis y la tricomoniasis y, aunque pueden ser tratadas con antibióticos, desde la OMS aseguran que la resistencia a los medicamentos es una amenaza creciente, especialmente en la gonorrea, que podría hacer que la enfermedad se vuelva difícil de tratar. Existen, además, otras enfermedades más graves causadas por virus como el herpes genital, la hepatitis B o el VIH que no pueden ser tratadas con antibióticos.

Las ITS pueden conducir a problemas de salud como infertilidad, trastornos neurológicos y cardiovasculares, y aumentan el riesgo de contraer otras infecciones, como el VIH. “La clamidia es la enfermedad bacteriana más frecuente en mujeres menores de 25 años y, aunque no suele presentar síntomas, es una causa importante de esterilidad” afirma la doctora Victoria Verdú, coordinadora de ginecología de la clínica de reproducción asistida Ginefiv. Y es que, a menudo, estas enfermedades no muestran unos síntomas concretos, por lo que es muy importante la prevención y someterse a revisiones rutinarias, para así poder detectarlas a tiempo.

En los hombres, estas infecciones son causantes de problemas en las vías seminales y en los testículos, y afectan a la capacidad de estos para originar espermatozoides sanos. “Consecuentemente, esto perjudica a la cantidad de espermatozoides producidos por el hombre, la movilidad, la morfología e incluso la integridad del ADN de estos” afirma la doctora.

Para controlar la transmisión se recomienda el uso de preservativo durante las relaciones sexuales, ya sean orales, vaginales o anales y evitar relaciones sexuales vaginales y anales con parejas nuevas hasta que ambos se hayan realizado exámenes para detectar infecciones de transmisión sexual. Sin embargo, el uso del preservativo, según datos del Ministerio de Sanidad, ha caído entre los jóvenes del 84 al 75% entre 2002 y 2018.