EN BUENAS MANOS

Nueva cirugía

Con la llegada de la revolución quirúrgica, fue superada la primera de estas barreras, el dolor. Gracias a la invención de la anestesia quirúrgica comenzaron a utilizarse los anestésicos generales por inhalación como el cloroformo, el óxido nitroso o el éter etílico, con el que en 1844 se anestesió a un enfermo al que le fue extirpado un tumor en el cuello en el Hospital General de Boston.

Dr. Bartolomé Beltrán

Madrid | 15.05.2023 06:04

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Nueva cirugía | ondacero.es

El principal motor del acto quirúrgico tenía como objetivo quitar el dolor, la hemorragia y la infección. Este hecho dio lugar a que naciera una gran cirugía abdominal, torácica, neurocirugía y todas las vertientes del panorama quirúrgico actual.

Durante la primera mitad del siglo XIX, la mentalidad anatomoclínica estimuló de forma decisiva el desarrollo de la patología y la clínica quirúrgica. Fue Guillaume Dupuytren, quien aplicó con rigor el programa de Bichat asociando sistemáticamente la práctica clínica y las lesiones observadas en la sala de autopsias mediante los signos anatomopatólogicos.

Al progreso del diagnóstico se unió el de la técnica quirúrgica. Sin embargo, los resultados prácticos distaban mucho de ser satisfactorios. Las tasas de mortalidad postoperatoria se elevaban debido al dolor, la hemorragia y la infección.

Con la llegada de la revolución quirúrgica, fue superada la primera de estas barreras, el dolor. Gracias a la invención de la anestesia quirúrgica comenzaron a utilizarse los anestésicos generales por inhalación como el cloroformo, el óxido nitroso o el éter etílico, con el que en 1844 se anestesió a un enfermo al que le fue extirpado un tumor en el cuello en el Hospital General de Boston.

Por otra parte, la hemorragia operatoria pudo ser vencida gracias a la invención de una serie de técnicas de hemostasia. Fue la transfusión sanguínea, el arma más eficaz contra la hemorragia quirúrgica.

Sin embargo, la tercera barrera, la infección quirúrgica, no fue bien tratada hasta que se dispuso de una explicación científica. La doctrina microbiana de Pasteur fue el fundamento inmediato de la obra del cirujano Joseph Lister, iniciador de la era de la antisepsia. Lister recurrió al ácido fénico, pulverizándolo por la sala de operación con el fin de destruir todos los microorganismos que infectaban el campo operatorio. De esa manera se consiguió reducir la mortalidad operatoria al noventa por ciento. Ahora estamos en la era laparoscópica y la cirugía se ha partido en dos.