EN BUENAS MANOS

Claves para mantener el estrés bajo control

La vuelta de vacaciones supone enfrentarse de nuevo con ese escenario de sobrecarga, pero también de conflictos no resueltos, de proyectos no abordados o inacabados o de incertidumbre, tras un paréntesis en el que tratamos de apartarlos.

ondacero.es

Madrid | 24.09.2018 09:35

Claves para mantener el estrés bajo control
Claves para mantener el estrés bajo control | Redacción

La vuelta al trabajo, al curso escolar y a las rutinas a menudo sobrecargadas suponen una explosiva combinación que dispara nuestros niveles de estrés, según recoge Cinfa. De hecho, el exceso de actividades y la falta de tiempo constituyen la primera causa de este problema en nuestro país, de acuerdo con el VII Estudio Cinfasalud: “PERCEPCIÓN Y HÁBITOS DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA EN TORNO AL ESTRÉS”, avalado por la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) y realizado en 2017.

La vuelta de vacaciones supone enfrentarse de nuevo con ese escenario de sobrecarga, pero también de conflictos no resueltos, de proyectos no abordados o inacabados o de incertidumbre, tras un paréntesis en el que tratamos de apartarlos.

Como explica el doctor Julio Maset, médico experto de Cinfa, un nivel moderado de estrés es normal. El problema surge cuando el individuo no cuenta con los recursos suficientes para afrontar esta demanda y se siente sobrecargado”. Si esta situación se prolonga en el tiempo, nuestra salud física y mental puede deteriorarse.

Según la investigación de Cinfa, que analizó la incidencia del estrés entre la población española, los síntomas que más a menudo afectan a los encuestados que lo sufren son irritabilidad (46,8%), ansiedad (39,5%) e insomnio (38%), seguidos de dolores de cabeza y musculares (32,2%) y fatiga física (29,9%).

A continuación se muestran consejos para mantener el estrés bajo control:

1. Afronta las situaciones difíciles. En vez de postergarlas o evitarlas, hazles frente, ya que dejarán de angustiarte una vez las resuelvas.

2. Entrénate en la solución de problemas. Aprende a analizarlos de una manera lógica: define el problema de manera clara, haz una lista con las posibles soluciones y otra de los pros y contras de cada una. Evalúa estas ventajas e inconvenientes y selecciona la alternativa más beneficiosa o menos perjudicial.

3. Organiza bien tu tiempo. Planifica bien tu agenda del día, sin sobrecargarla de actividades y gestionando los imprevistos con flexibilidad. En caso de falta de tiempo, selecciona las tareas más importantes según las prioridades y, si es necesario, delega.

4. Te mereces un descanso. Asigna un espacio diario al ocio y a las relaciones personales, de manera que te quede tiempo para descansar y estar con tu familia, y también practicar tus aficiones o salir con amigos.

5. Aprende técnicas de autocontrol. Practicar de manera regular actividades como relajación, meditación, mindfulness o yoga te ayudará a neutralizar la activación fisiológica del organismo que produce el estrés y te proporcionará un mayor control de los pensamientos y de las emociones.

6. Fomenta las relaciones personales y sociales y apóyate en ellas. Cuando sientas que no sabes cómo resolver un problema, pide ayuda o consejo a las personas en quienes más confías. Y ofrécete para apoyarles tú a ellos también: ayudar a los demás mejora tu propio estado de ánimo y reduce el impacto del estrés.

7. Cuida tu dieta. Sigue una dieta saludable, variada y equilibrada, que incluya una gran cantidad de frutas y verduras. Mantén horarios regulares y tómate siempre tu tiempo para comer con calma.

8. Haz deporte de manera regular. El ejercicio físico reduce la intensidad del estrés y ayuda a que los episodios duren menos, además de fomentar una sensación de bienestar, siempre que no se haga por obligación.

9. Respeta las horas de sueño. Descansado, afrontarás mejor cualquier conflicto o situación amenazante. Así, trata de ir a dormir siempre a la misma hora y descansa, al menos, siete u ocho horas cada noche.

10. Recurre a ayuda profesional si es necesario. Tu médico de cabecera podrá ayudarte a identificar el problema y derivarte a un especialista o terapeuta.