El síndrome de fatiga crónica (SFC), conocida también como encefalomielitis miálgica, es una enfermedad que se caracteriza por la presencia de cansancio sin causa aparente, durante más de 6 meses. A su vez, está asociada a otros datos clínicos como la fibromialgia, el colon irritable, la enfermedad de la articulación témporo-mandibular, el síndrome de las piernas inquietas o la cistitis intersticial.
A pesar de que cualquier persona puede tener síndrome de fatiga crónica, es más común en quienes tienen entre 40 y 60 años. También suele aparecer en personas previamente sanas, sin antecedentes de enfermedades psiquiátricas y, en general, con una importante actividad en su vida diaria.
Según distintos estudios clínicos, se estima que este síndrome lo sufren del 0,3% al 0,5% de la población, lo que se traduce en una cifra de entre 120.000 y 200.000 personas en España.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconoce como una enfermedad de características neurológicas graves.
Cuáles son los síntomas
La fatiga persistente es el síntoma principal del SFC. Esta se suele desarrollar de forma súbita, tras un proceso infeccioso como, por ejemplo, una mononucleosis. Después de que la enfermedad inicial mejore, el paciente se queda con el cansancio, al que se añaden una serie de síntomas adicionales como:
- Desorientación y cansancio mental
- Dificultad para dormir
- Dolores musculares
- Dolor de garganta
- Faringitis recurrentes y adenopatías
- Intolerancia ortostática crónica
- Irritabilidad
- Malestar o fatiga post-esfuerzo, donde sus síntomas empeoran después de cualquier actividad física o mental
- Mareos
- Nódulos linfáticos sensibles (ganglios)
- Problemas de memoria o de la capacidad concentración
- Sensibilidad al frío
Tal y como informa 'MedlinePlus', el servicio de información en línea provisto por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, “el síndrome de fatiga crónica puede ser impredecible. Sus síntomas pueden aparecer y desaparecer. Pueden cambiar con el tiempo. En ocasiones pueden mejorar y, otras veces, empeorar”.
Las causas del SFC
Las causas del cansancio crónico o de la fatiga crónica son desconocidas. Parece que ciertas situaciones como las alteraciones inmunológicas, los cambios hormonales o los procesos infecciosos, pueden desencadenar el síndrome, como lo hacen también en la astenia primaveral.
Las alteraciones del sueño, la fiebre psicógena o el estrés, también son posibles factores que influyen en la aparición del SFC.
La complejidad de su diagnóstico
El síndrome de fatiga crónica puede ser difícil de diagnosticar ante la existencia de otras enfermedades que pueden causar síntomas similares como: trastornos del sueño, problemas médicos (anemia, diabetes, hipotiroidismo…) o problemas de salud mental (depresión, ansiedad…).
De hecho, hay tantos síntomas que el SFC y la fibromialgia tienen en común que algunos investigadores consideran que ambos trastornos son distintos aspectos de la misma enfermedad.
Cuáles son los tratamientos para el síndrome de fatiga crónica
No existe cura para el síndrome de fatiga crónica, por lo que el tratamiento recomendado por los especialistas se centrará particularmente en el alivio de los síntomas que presente el paciente, abordando primero los más perturbadores o incapacitantes.
Asimismo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades CDC recomiendan algunas “estrategias que no implican el uso de medicamentos y que podrían ser útiles para algunos pacientes, particularmente si la enfermedad no los tiene postrados en cama. Estos son: una alimentación balanceada y hablar con un terapeuta para buscar métodos que ayuden a lidiar con la enfermedad y con el impacto que tiene en la vida diaria y las relaciones”.
Duración: ¿Se cura el cansancio crónico?
Según los expertos, la duración promedio del síndrome de fatiga crónica es de 35 a 49 meses, es decir, tienen que pasar entre tres o cuatro años de media para la desaparición de la mayoría de los síntomas o recuperación total.