No se aplaca la polémica en Italia por las familias que se niegan a vacunar a sus hijos. El último damnificado de quienes sostienen que estos tratamientos son peligrosos es un niño de ocho años que no puede volver a clase después de superar una leucemia debido a que varios de sus compañeros no están vacunados y al estar él todavía débil corre peligro de contagiarse de sarampión o varicela.
El Gobierno anterior, liderado por el partido democrático, aprobó una ley que obliga a los niños a estar vacunados para poder acudir a la escuela, pero la coalición entre el Movimiento Cinco Estrellas y La Liga -que sostiene al actual Ejecutivo- mantiene una posición mucho más laxa frente a esta cuestión.