Fuentes de la fiscalía afirman que la azafata ha sido acusada de un delito menor de intoxicación por alcohol y podría enfrentarse a 180 días de cárcel. Según Aaron Scherb, la compañía United le ofreció 500 dólares o 25.000 millas consumibles a modo de compensación. Además de reingresarles la mitad del billete que había pagado.
Los propios pasajeros fueron los que notaron que la azafata se estaba durmiendo en su puesto y cuando el piloto llamo a su timbre y no constestó, saltaron las alarmas. El avión aterrizó a los 25 minutos de vuelo y fue en el aeropuerto de Indiana donde los agentes la detenían por supuesta ingesta de alcohol. La trabajadora confesó que se había bebido dos chupitos de vodka en su casa antes de ir a la jornada de trabajo.
Cuando le hicieron el test de alcoholemia dio positivo y superaba por mucho el mínimo permitido para los trabajadores de vuelo.
Algunos pasajeros grabaron en vídeo el comportamiento de la azafata: