Madrid |
Son dos extremos que le marcan el terreno a Pedro Sánchez. Por un lado, UPN niega cualquier apoyo en la investidura si el PSOE no se aviene a rechazar su plan de gobierno con Podemos con el beneplácito en forma de abstención de los separatistas de ERC.
Tal y como apunta Sergio Sayas, de la formación, Sánchez dice "lo contrario" al día siguiente y "desgraciadamente para España, parece que el Gobierno que podemos tener es un gobierno de populistas, separatistas, independentistas".
También ha deseado que Sánchez "cambie de rumbo", llame a dialogar a otras fuerzas políticas y "ponga por delante los principios y la coherencia": "Si es así, nosotros también podremos buscar un entendimiento", ha dicho.
Y en la otra esquina del arco parlamentario, Mertxe Aizpurua, de Bildu, dice que no sólo piden gestos sino hechos concretos a Sánchez para no rechazar su investidura sin especificar qué pide a cambio.
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