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Madrid | 08.10.2018 09:23
La ahora ministra era la fiscal coordinadora contra el terrorismo yihadista y, por tanto, no le tocaba intervenir en este caso, pero una de las dos compañeras designadas por la Audiencia se puso enferma y fue ella, Dolores Delgado, la que asumió la acusación pública, decisiva en los casos de extradición. Con ese papel apoyó los argumentos del ex embajador de Guatemala en EEUU, Julio Ligorría. Argumentos que había defendido su abogado, miembro del despacho de Baltasar Garzón.
¿Quién era Ligorría? Pues era la persona con la que se había reunido Villarejo para tratar de evitar la extradición de un empresario español acusado de pagar 30 millones de euros en sobornos al ex presidente guatemalteco Otto Pérez bajo una tarifa de 7 millones.
Afirma El Confidencial que, casualmente, la petición de extradición de Ligorría recayó en el juez Fernando Andreu, que mantiene una excelente relación con Garzón y Delgado. El magistrado de la Audiencia asumió la tesis de ambos este mismo año: dos meses antes de que Pedro Sánchez nombrara ministra de Justicia a Dolores Delgado.