La inflación sigue disparada. En el mes de mayo, se situó en el 8,7%, cuatro décimas por encima de la de abril, un repunte en el que influyó el incremento de los precios de alimentos frescos o de la gasolina, según ha confirmado el INE.
En concreto, el transporte fue el producto que más contribuyó A la inflación en mayo debido al mayor encarecimiento de los carburantes y lubricantes. También tiraron al alza de la cesta de compra los alimentos, bebidas no alcohólicas y los precios de los hoteles, cafés y restaurantes.
Si la inflación es un indicador que preocupa en el Gobierno, también lo es la inflación subyacente. Se trata de un dato que también ha aumentado de manera notable en el mes de mayo y ha encendido las alarmas en los expertos.
Qué es la inflación subyacente y por qué afecta al día a día
La inflación subyacente es un indicador más preciso que la inflación general, ya que muestra el cambio de los precios de consumo más a corto o medio plazo. Así, para calcular la inflación subyacente se eliminan los componentes más volátiles: el índice de los alimentos (frutas o verduras, por ejemplo) y el de energía (gasolina, gas, luz, etc.).
Se retiran dichos componentes por la volatilidad de sus precios, sobre todo teniendo en cuenta factores como el conflicto bélico en Ucrania, que dispara los precios de manera inmediata, y para tener un indicador que refleja la situación económica del momento, con los cambios de manera más precisa y menos margen de error.
Por ello, se puede observar que la inflación subyacente es más estable en el tiempo, con menos variaciones que la inflación general al ser restados de la ecuación los índices energéticos y los alimentos frescos, expuestos a altibajos más frecuentes por diferentes cambios en la sociedad. Este indicador es clave para estudiar la evolución de los precios, por lo que afecta de manera directa a la economía del día a día.
El aumento de la inflación subyacente en mayo
La inflación subyacente del mes de mayo ha aumentado cinco décimas, hasta el 4,9 %, la tasa más elevada desde octubre de 1995, aunque casi cuatro puntos más moderada que la del Índice de precios de consumo general.
Sin tener en cuenta las últimas variaciones de impuestos, el IPC habría registrado un aumento interanual del 9,6% en mayo, casi un punto más que el IPC general.
En concreto, el precio de la electricidad subió un 30,2 % y, sin tener en cuenta las últimas variaciones de impuestos sobre la luz, el incremento sería del 49%.