El teléfono de góndola, las cabinas telefónicas, las pesetas, las jeringuillas no desechables, la serie de Pippi Calzaslargas, los cigarrillos de chocolate, las hombreras, los columpios metálicos, etcétera.
Un viaje a aquellos años en los que nuestros padres protegían el coche en la calle con una funda. Cuando se iba al pueblo de los abuelos. Cuando movíamos la antena de la tele para sintonizarla bien.
Muchos han sido los cambios sociales y educativos desde aquellos años, finales del siglo XX, las décadas de los 80 o los 90. Cuando todavía dábamos cuerda al reloj, usábamos pañuelos de tela, alquilábamos películas en Beta o VHS, hervíamos la leche en casa y estudiábamos latín obligatoriamente. Leer este libro es identificarse con una época que, sin duda, guarda algo de mágica.