¡Una cosa de locos! Hay partidos de la Liga de Campeones, en otros países, por los que se pide esta misma cantidad.
En fin, un poco de coherencia en nuestro fútbol patrio no vendría del todo mal.
El partido en sí, es un partidazo para la categoría: segundo contra cuarto con 3 puntos a favor de los navarros, pero no se puede pagar para ver un partido de 2ª RFEF 20 euros. Lo que no sabemos es si esta exageración obedece a una intención de hacer negocio, a costa de la afición rival, cosa que NO va a ocurrir, porque lo único que han conseguido es que muchos aficionados blanquirrojos, que iban a ir, ya hayan decidido no hacerlo con las consecuentes pérdidas económicas. Ojo, no sólo para el Tudelano como Club, sino también para la hostelería de Tudela, ya que han sido numerosas las reservas canceladas en restaurantes de la zona.
La propia Federación de Peñas de la UDL ha emitido un comunicado expresando su queja y malestar al respecto advirtiendo de que la medida iba a tener el efecto contrario, es decir, menos beneficios para el Tudelano ante la más que presumible reducción en el número de desplazados. El propio Club, la UDL, ha hecho público un comunicado donde ha indicado la existencia de conversaciones con el Tudelano para intentar rebajar este precio sin obtener resultado. El partido, que además ha sido declarado como Día de Ayuda al Club, obligará a sus propios socios a pagar 10 euros para acceder al Ciudad de Tudela lo que también ha explicado el Club, en otro comunicado, como justificación a este aumento de precios.
Hay otra posible explicación que sería más lícita, e incluso hasta deseable: que lo que pretenda el Tudelano con estos precios abusivos no sea hacer negocio, sino evitar un desplazamiento mayoritario de aficionados rivales en beneficio deportivo de su equipo a la hora de afrontar un partido importante de cara a las opciones de ascenso de ambos conjuntos. Sólo así tendría cabida este abuso, porque todos los equipos pueden utilizan las armas que tienen a su alcance para conseguir el objetivo de la temporada, dentro de la legalidad vigente, pero -aún con todo- desde Logroño ni se entiende, ni se comparte. Una norma que regulara los precios por categorías evitaría estos problemas y tampoco sería una idea descabellada.