En un escenario post pandemia y aun con las amenazas latentes derivadas de la guerra de Ucrania, Euskadi busca su relanzamiento a través de este plan con la mirada puesta en el año 2024, y para el que se prevé invertir más de 2.000 millones de euros. Más allá de las cifras, la vicelehendakari Idoia Mendia ha explicado que "la ambición es cualitativa, no solo queremos crear más empleo, sino queremos que sea empleo inclusivo, de calidad, para un nuevo contrato social".
En este sentido, se buscará reducir la temporalidad en el empleo, la parcialidad no deseada, los accidentes laborales, fomentar la igualdad, el empleo juvenil, reducir el paro de larga duración y apoyar el empleo y la formación. Por ejemplo, el Plan prevé formar a 16.000 personas en capacidades digitales, habilitar profesionalmente a 5.000 personas en el sector de los cuidados y mejorar la empleabilidad de otras 52.000.
La consejera ha advertido de que "nuestro riesgo en el medio plazo no va a ser tanto el crear empleo, sino que no sepamos aprovechar el talento, que nuestras empresas pierdan competitividad por no poder atender los retos, y las personas trabajadoras pierdan la posibilidad de mejorar sus condiciones de trabajo".