Las pintadas de grafitis en los trenes de Renfe, en la Región de Murcia, generaron un coste a la ciudadanía de 419.000 euros el año pasado, según ha informado la compañía ferroviaria. Un coste relacionado con la limpieza de las pintadas al que hay que sumar los gastos indirectos que se derivan de estos actos vandálicos como inversión en seguridad, tanto de personal como otros sistemas de videovigilancia como la futura implementación de drones.
Renfe ha comunicado que "los usuarios sufren directamente los trenes vandalizados con pintadas ya que se producen retrasos, supresión de servicios por la carencia de visibilidad, frenazos de emergencia para pintar en medio de un trayecto o el olor de este producto químico, muy molesto para los viajeros, entre otros".
En la Región de Murcia han pintado 655 m² de superficie en trenes, y se han producido 22 incursiones grafiteras (80.000m² de superficie pintada en trenes en todo el territorio nacional).
Según ha explicado Renfe, el año pasado el personal de seguridad la compañía detuvo a 33 grafiteros en España y las fuerzas y cuerpos de seguridad pusieron a disposición judicial a 150.
La pintura utilizada por los grafiteros, cerca de 16.000 litros, está compuesta sustancias tóxicas como el benceno o el butadieno, que producen efectos nocivos sobre el medio ambiente y las personas. Esta cifra supone unos 40.000 botes de pintura de residuo peligroso contaminado.
La retirada de grafitis obliga a movilizar los trenes hacia los centros de limpieza. El consumo eléctrico de estos desplazamientos, informa Renfe, equivale al consumo de 400.000 Kwh o lo que es lo mismo, 36 millones de bombillas encendidas durante 1 hora o abastecer el consumo de más de 44.000 hogares durante 1 día.
