El próximo 28 de octubre expira el plazo legal para recoger las 500.000 firmas necesarias para que el Parlamento español debata una proposición de ley que dote de personalidad jurídica al Mar Menor. Los organizadores llevan recogidas 224.000 firmas por lo que faltan 276.000 firmas y el tiempo se agota.
Se trata de aprobar una ley que dote de personalidad jurídica a este espacio natural, como si fuera una persona o una empresa, para que sus representantes legales puedan defender sus derechos en los tribunales.
A pesar de tratarse de un ecosistema único, el Mar Menor ha sufrido un grave deterioro en las últimas décadas, principalmente, por los excesos urbanísticos y el vertido de nitratos procedentes de la agricultura.
Ante la ineficacia del actual marco legal para preservar este espacio natural la profesora de Filosofía del Derecho, Teresa Vicente, decidió impulsar esta iniciativa para otorgar derechos propios al mar Menor, amparándose en precedentes como el del río Atrato en Colombia o el del río Whanganui en Nueva Zelanda.
La profesora Vicente está convencida de que "el pueblo no dejará morir al Mar Menor y conseguiremos las firmas necesarias". También entiende que la Fundación Ingenio se oponga porque "la ILP hará caer el trono del lobbie agrícola".
La ILP está recogida en el último informe del Secretario General de las Naciones Unidas titulado ARMONIA CON LA NATURALEZA de julio de 2020- También se cita como ejemplo a seguir en la Unión Europea". Recientemente, la diputada del Parlamento Europeo, Marie Toussaint, afirmó que la ILP del Mar Menor "debe ser el modelo de la vanguardia jurídica a seguir, tanto por los ciudadanos de los diferentes países de la Unión Europea como por sus dirigentes políticos".
En septiembre de 2020 la Mesa del Congreso de los Diputados admitió a trámite la iniciativa legislativa popular, primer requisito para que esta proposición de ley pueda ser debatidas y votada en el Parlamento si se consiguen las 500.000 firmas autentificadas que estipula la legislación española.
Mientras tanto, las redes sociales se llenan de vídeos que evidencian la degradación ambiental que sufren determinadas zonas del Mar Menor como Los Urrutias.
