Una investigación elaborada por las investigadoras de la Universidad de Extremadura Rocío Yuste, Teresa Alzás y Olga Tostado evidencia que la falta de educación en igualdad de género influye en las creencias y las vivencias de violencia de género de la juventud universitaria y pone el foco también en factores tales como la cultura patriarcal y sexista o los mitos del amor romántico.
Así, a pesar de haberse incluido de manera transversal y específica en los diferentes currículos de la actual ley educativa, la Lomloe, la educación en igualdad de género y la coeducación siguen sin estar presentes en las aulas, tampoco las españolas, de manera integral, han sostenido.
Las investigadoras han realizado su estudio a través de una Revisión Sistemática de la Literatura, una metodología científica en la que han revisado más de 4.000 artículos científicos publicados en países de todo el mundo y el trabajo ha sido publicado en el último volumen de la revista académica 'Investigaciones Feministas', editada por la Universidad Complutense de Madrid.
De los estudios que fueron seleccionados por tener calidad metodológica y por analizar la violencia de género en el ámbito de las parejas jóvenes, más del 80 por ciento pusieron de manifiesto que esta ausencia de educación en igualdad de género continúa siendo una realidad y que es una de las causas de que el machismo siga estando presente en todas las esferas vitales y del entorno.
La problemática, que afecta a niñas y mujeres de todas las edades, tiene, además, otros factores muy asociados, según han demostrado las investigadoras, entre los que se encuentran la cultura patriarcal y sexista o los mitos del amor romántico, según exponen en nota de prensa.
"De entre estos mitos, destacan el de los celos o el del imaginario de que el amor todo lo puede cambiar. Así, las adolescentes crecen creyendo que, en la pareja, todo puede valer. Dinámicas derivadas del mal uso de las nuevas tecnologías, como el control continuo a través del teléfono o de las contraseñas de las redes sociales son un ejemplo de ello y están reflejadas en gran parte de los estudios analizados", han señalado.
Aunque ha habido muchos avances legislativos y sociales en la prevención de la desigualdad y la violencia de género, los elementos que se sitúan en la base y origen del problema "siguen sin ser abordados por completo e, incluso, están en proliferación", debido a las nuevas expresiones derivadas de dinámicas digitales.
Por ello, insisten en que no se puede olvidar que "la educación sexista sigue reproduciendo roles y estereotipos de género que hacen que niños y niñas no sean educados ni con los mismos valores ni con la misma perspectiva".
Además, añaden, "los imaginarios románticos de las relaciones, especialmente las de pareja, hacen que muchas expresiones sexistas, incluso las relacionadas con la violencia sexual, sigan estando invisibilizadas en las relaciones de pareja".
Las investigadoras también han analizado la procedencia de las investigaciones y han contrastado que el 37 por ciento del total habían sido publicadas en España, lo que demuestra un "interés extraordinario" del país en la realidad de la violencia de género en la población joven.
Cabe destacar que ha habido una "proliferación acentuada" tanto de estudios como de herramientas para analizar resultados "muy significativa" en España desde el año 2018 y hasta la actualidad, coincidiendo con la aprobación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que refleja que el ámbito académico también ha realizado "contribuciones significativas" a partir de su puesta en marcha.
Por ello, y aprovechando la próxima conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las docentes han reivindicado que la educación en igualdad de género sea una realidad en todos los niveles educativos: desde las etapas de educación infantil y hasta la universitaria.
Asimismo, han considerado que la formación del profesorado es fundamental para que la coeducación pueda ser efectiva y han recordado que las expresiones más evidentes de la violencia de género forman parte de un "iceberg que tiene su base en esta educación machista y en otras expresiones que siguen estando aceptadas y normalizadas por buena parte de la sociedad: humor, chistes o publicidad machista, lenguaje sexista o acoso sexual callejero tildado de piropos son algunas de ellas".