Ciencia e investigación

Un estudio del Instituto de Neurociencias de la UMH de Elche muestra diferencias fundamentales en los efectos del envejecimiento natural y patológico

Dirigido por la investigadora Sandra Jurado

ondacero.es

Elche | 27.05.2023 11:24

Sandra Jurado, directora del grupo de Neuromodulación sináptica del Instituto de Neurociencias de la UMH de Elche.
Sandra Jurado, directora del grupo de Neuromodulación sináptica del Instituto de Neurociencias de la UMH de Elche. | Universidad Miguel Hernández de Elche

Investigadores del Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, que es centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han estudiado el comportamiento social en roedores envejecidos naturalmente y en un modelo animal de la enfermedad de Alzheimer y los resultados han mostrado que los individuos afectados por envejecimiento patológico interactuaban menos con nuevos individuos.

El estudio ha sido desarrollado por el grupo de Neuromodulación sináptica del Instituto de Neurociencias (IN) en colaboración con la Universidad de Tours (Francia y se ha publicado en la revista 'Molecular Neurobiology'. Se ha basado en la detección de feromonas, que indican la presencia de un nuevo congénere, y el comportamiento social, que se ven afectados por la vejez y por enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer.

En este sentido, los científicos apuntan a que el cerebro experimenta cambios en su estructura y función a medida que las personas envejecen, lo que "puede influir" en la capacidad para relacionarse con los demás. Esa situación se ha identificado como un indicador de la aparición de demencia y trastornos neurodegenerativos, como la enfermedad de Alzheimer.

En un modelo animal de ratones, los investigadores han realizado experimentos para determinar el tiempo que invertían los diferentes individuos en explorar un espacio con un objeto, con un individuo conocido y con un nuevo congénere. Esto les ha permitido analizar su nivel de sociabilidad general, así como su capacidad de reaccionar ante la novedad social.

De esta forma, han comprobado que todos los individuos envejecidos, ya fuera de manera natural o los animales modelo de Alzheimer, pasaban más tiempo explorando el lugar en el que había otro congénere que en la zona con un objeto. Sin embargo, los investigadores han detectado que había menos interacción con nuevos individuos, especialmente en aquellos ratones afectados por envejecimiento patológico.

Para profundizar en las causas de esta "falta de interés" por nuevos individuos, los científicos del Instituto de Neurociencias H han analizado las propiedades del órgano vomeronasal en los roedores implicados en el estudio.

Sandra Jurado, que dirige el grupo de Neuromodulación sináptica del Instituto de Neurociencias de la UMH de Elche, ha detallado que el órgano vomeronasal, ubicado en el tabique de la nariz, es “fundamental para detectar feromonas en la mayoría de especies de mamíferos”. “Aunque en humanos se considera un órgano vestigial, en los ratones este órgano supone la puerta de entrada a estímulos que determinan comportamientos sociales tan importantes como la selección de pareja o el reconocimiento de las crías”, ha precisado.

Durante el análisis de regeneración celular, han identificado que el envejecimiento natural reduce la capacidad de regenerarse del órgano vomeronasal. Esto indica que los animales viejos tienen menos capacidades para distinguir señales olfativas, como las feromonas.

El estudio aporta nueva información sobre los distintos mecanismos implicados en ambos tipos de envejecimiento, lo que supone "potenciales dianas de actuación" para el desarrollo de futuras intervenciones terapéuticas.