EL CONTRAGOLPE

El Elche, en busca de relato

José Manuel Noguera, profesor de Periodismo en la UCAM, opina sobre la actualidad de un Elche que celebra su centenario como colista, a once puntos de la salvación

José Manuel Noguera

Murcia | 10.01.2023 10:32

José Manuel Noguera, profesor de Periodismo de la UCAM.
José Manuel Noguera, profesor de Periodismo de la UCAM. | Onda Cero Elche

Dice Fredrik Welin, un médico retirado y atormentado creado por el escritor Henning Mankell, que el frío hace que nos sintamos más solos. Tal vez por eso nos juntamos en el Martínez Valero más de veinte mil personas para ver un Elche–Celta. Para no sentir, o sentir menos, la soledad del colista. Porque en el estadio, junto a veinte mil personas como tú, sientes menos el frío, eres un poco menos colista que sentado en tu casa maldiciendo la planificación deportiva o lo que se deba maldecir este año. Colistas. Con el Celta. Veinte mil.

Algo parecido recordó una vez otro escritor, Hernán Casciari, respecto a la soledad y el fútbol. Lo dijo cuando tuvo que festejar los éxitos de su equipo, Racing de Avellaneda, desde la distancia en Barcelona y en especial desde la distancia con su padre, con quien iba a los partidos. “El dolor y la fiesta, cuando te pillan lejos en otra parte, son lo mismo. No poder llorar o festejar con los tuyos te pone inmediatamente en fuera de juego”, decía Casciari, un argentino que, por cierto, soñaba con crear bares entre España y Latinoamérica para sus lectores, a modo de “triángulo iberoamericano de los borrachos que leen…”.

Y ahora mismo el Martínez Valero es como un gigantesco club de alcohólicos anónimos: no queremos ir pero sabemos que es el sitio donde necesitamos estar, nos solemos quedar callados aunque hay mucho que gritar; y aunque no conocemos de casi nada al de al lado, sabemos que tiene exactamente el mismo problema que nosotros.

¿Y cuál es el problema? Que no sabemos a dónde vamos. No en un sentido literal, porque siendo colistas con cuatro puntos parece claro el destino a corto plazo, sino a dónde vamos en general como club. Aunque los profesionales deben motivarse con las opciones matemáticas de ganar, el aficionado necesita ahora un Relato, con mayúsculas, que le ayude a soportar esta pesadilla de temporada. Porque para los rivales ya ni siquiera somos el Elche, con mayúsculas, sino el colista, con minúsculas. Padeciendo y haciendo todas las cosas que hacen los buenos colistas. Jugando incluso partidos decentes, de esos en los que tienes un par de oportunidades, incluso tres muy claras, y aprovechas un par para acabar 2-1 con un poco de suerte. Pero siendo colista eso no te pasa nunca, y ese mismo partido acabará 0-1.

Porque ahora todos son menos de lo que son y en especial de lo que fueron. Ahora no tenemos a Roger Martí y Lucas Boyé, ahora tienes a los delanteros del colista. Y claro, los delanteros del colista, por norma general, las fallan. Y si no te cabe en la cabeza esta bajada de nivel recuerda que en verano el Espanyol ofrecía pasta por Tete Morente, o las numerosas novias que teníaPere Milla. O tantas otras cosas que le suceden a los clubes que no son el colista. O si no espera a que estos mismos jugadores no estén en el colista y verás.

Cuesta decirlo, pero la permanencia ya es casi lo de menos. Hace falta un relato. Un motivo, una razón para ir al estadio más allá de para encontrarte a tus amigos borrachos y sentirte menos solo. En el cuento Alicia en el país de las maravillas, cuando Alicia le consulta al gato de Cheshire qué camino debía tomar, el gato le pregunta que a dónde quería ir. Alicia le dice que eso le da igual. “Entonces da igual el camino que tomes”, le contesta.

Y algo así le pasa al Elche. Ahora ya da igual que fiches a un central argentino, a una joven promesa de una cantera ajena o a la misma reencarnación de Pelé. Da igual lo que fiches si no sabes a dónde quieres ir. Esos veinte mil necesitan ese relato.

José Manuel Noguera es profesor de Periodismo en la UCAM