La música es una de las pocas cosas que le gusta a todo el mundo. No a todo el mundo le gusta el mismo tipo de música, pero sí que a todo el mundo le gusta algún tipo de música. ¿Esto, por qué es así?
La música es una forma de arte universal que tiene la capacidad de conectar nuestras emociones con nuestros recuerdos y este es el motivo fundamental por el que la música nos gusta y por lo que la música es tan importante en nuestra vida. Además, de un modo más concreto, la música tiene multitud de utilidades relacionadas con nuestro desarrollo cognitivo, social y emocional.
¿Y cuáles son esos usos de la música?
Expresión emocional: La música permite a las personas expresar y experimentar emociones, y en muchas ocasiones la usamos para liberar nuestros sentimientos, para reconfortarnos o para encontrar consuelo y acompañamiento a lo que sentimos en cada momento.
Conexión social: La música es una actividad compartida que une a las personas. Ya sea en un concierto o simplemente escuchando canciones con amigos. De este modo, la música nos permite crear vínculos sociales.
Estimulación cerebral: La música activa múltiples áreas del cerebro, incluyendo aquellas relacionadas con el placer, la memoria y el movimiento. Esto genera sensaciones agradables que nos ayudan a ser también más eficientes a nivel cognitivo, por ejemplo, a la hora de concentrarnos, estudiar, animarnos y relajarnos.
Cultura e identidad: La música está profundamente arraigada en la cultura y la identidad de las personas. Puede reflejar tradiciones, historias y valores, lo que la hace significativa para muchos. Por ejemplo, las Fallas.
¿Por qué nos gusta un tipo de música u otra? ¿Qué se ha investigado sobre esto?
Las investigaciones sugieren que nuestras preferencias musicales están influenciadas por una combinación de factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales.
1. Factores biológicos
Respuesta cerebral al placer: La música activa la liberación de dopamina, que es un neurotransmisor asociado con el placer.
Sensibilidad al ritmo y la melodía: Algunas personas son más sensibles a ciertos patrones rítmicos o melódicos, lo que puede influir en sus preferencias.
2. Factores psicológicos
Personalidad: Estudios han encontrado correlaciones entre los rasgos de personalidad y las preferencias musicales. Por ejemplo, la investigación ha señalado que:
- Las personas extrovertidas suelen preferir música energética como es el pop o el dance.
- Las personas más abiertas a nuevas experiencias tienden a disfrutar de géneros más complejos como el jazz o la música clásica.
- Las personas que puntúan más en neuroticismo pueden sentirse más atraídas por música melancólica o con carácter emocional.
3. Factores sociales y culturales
Influencia del entorno: Las preferencias musicales suelen estar moldeadas por el contexto social y cultural en el que crecemos. La música que escuchamos durante la adolescencia, por ejemplo, suele tener un impacto duradero en nuestros gustos.
Identidad grupal: La música puede ser una forma de expresar pertenencia a un grupo social o cultural. Por ejemplo, los jóvenes suelen adoptar géneros musicales que los identifiquen con su generación o subcultura.
Pero, sobre todo, la música se utiliza para cambiar nuestro estado de ánimo ¿no?
La música suele usarse como una herramienta para regular las emociones, pero también para acompañar y reforzar nuestras emociones. Por ejemplo, cuando estamos tristes, podemos preferir canciones melancólicas que validen nuestros sentimientos, mientras que en momentos de alegría buscamos música más animada.
¿Por qué nos gusta una canción? ¿Cuáles son las claves para hacer canciones que nos gusten?
3 factores esenciales para que una canción nos acabe gustando:
1. Melodía simple y repetitiva: Las canciones con melodías sencillas y fáciles de recordar tienden a quedarse en nuestra mente.
2. Ritmo contagioso: Un ritmo marcado y bailable activa áreas del cerebro relacionadas con el movimiento, lo que nos incita a tararear o cantar la canción.
3. Patrones predecibles: Las canciones que siguen estructuras musicales familiares son más fáciles de procesar y recordar. Por ejemplo: estrofa-estribillo-estrofa.
También existen una serie de factores psicológicos que ayudan a que nos guste:
Teoría de la mera exposición: Cuanto más escuchamos una canción, más nos gusta (hasta cierto punto). La familiaridad genera preferencia. También si la melodía se parece a alguna canción que nos gusta.
Asociaciones emocionales: Si una canción está ligada a un momento emocionalmente significativo (como un recuerdo feliz), es más probable que se recuerde.
Activación del cerebro motor: Las canciones pegajosas suelen activar áreas del cerebro relacionadas con el movimiento, lo que nos hace querer bailar o tararear.
Frecuencia de exposición: Escuchar una canción repetidamente en la radio, redes sociales o publicidad aumenta las posibilidades de que se nos pegue.
Uso en medios: Si una canción aparece en una película, serie o anuncio publicitario, es más probable que se nos quede grabada.
¿Por qué hay canciones que se nos “pegan” y no podemos dejar de cantarla o repetirla en nuestra mente?
Que una canción nos guste y se nos "pegue" se conoce con el nombre del fenómeno earworm pero… como sé que no te gustan los nombres en inglés lo llamaremos el “gusano auditivo")
Los "gusanos auditivos" suelen ser fragmentos cortos de canciones (de 15 a 30 segundos) que se repiten en nuestra mente de manera involuntaria. Esto ocurre porque el cerebro intenta "resolver" o completar la melodía, pero al no lograrlo, la repite una y otra vez.
Canciones más propensas a ser "earworms": Suelen ser aquellas con melodías simples, ritmos marcados y estructuras repetitivas.
Es importante saber que este fenómeno es de naturaleza involuntaria y, por lo tanto, sin intención consciente. La melodía simplemente aparece y se repite en la mente tras la exposición y, aunque generalmente son inofensivos, los earworms pueden resultar molestos y cuando esto sucede, algunas cosas que podemos hacer si queremos “huir” de estos gusanos es, por ejemplo: Escuchar la canción completa, distraer la mente con otra actividad o escuchar otra canción. También podemos involucrar la mente en tareas cognitivas, como leer un libro o hacer un crucigrama.
¿Alguna recomendación final a modo de resumen?
Simplemente me gustaría dejar aquí una pequeña reflexión para que la audiencia pueda pensar cuando vamos a un concierto, cuando compramos o pagamos por escuchar música y sobre todo cuando nos quejamos por tener que pagar por escuchar, que deberíamos ser conscientes de lo importante que es la música para el desarrollo de las personas y las sociedades. Vivimos en un mundo en el que está todo muy al alcance de todos y pretendemos que todo sea gratis pero, a veces no nos damos cuenta de lo importante que es la música para el desarrollo de nuestra sociedad y las cosas importantes, a veces no pueden ser gratis.