Pero habrá que saber aprovechar muy bien el dinero. Esa será la clave.
Es de esperar que el límite salarial ya no sea un impedimento o un problema tan grave como lo fue la temporada pasada en la que hubo que esperar casi al final a poder inscribir algunos de los jugadores. Poco a poco se debe tratar de revertir la situación de la entidad pero es fundamental recuperar el pulso deportivo y tener la competitividad que siempre tuvo el Barcelona.
Es por eso necesario que este verano en la pequeña revolución que se pretende hacer en la plantilla se acierten esa inversión económica y no ocurra lo que en mercados anteriores en los que se dilapidó el dinero en fichajes de escaso rendimiento como Coutinho, Dembele o Griezmann.
Ahora no pueden equivocarse los dos o tres fichajes de relumbrón que vengan del tipo Lewandowski o Bernardo Silva deben ser de rendimiento inmediato y ayudar a poner al Barcelona a la altura de donde debería estar en los próximos años.
Con estas adquisiciones y por supuesto el crecimiento de los jóvenes jugadores de la cantera como Pedri, Gavi, Ansu y Araujo el Barcelona está obligado a confeccionar una plantilla muy competitiva y que se vaya acercando a los grandes equipos de Europa de los que tan lejos estuvo la temporada pasada. Al menos ir acercándose porque la distancia con respecto a algunos equipos parecía considerable.
Es por tanto la hora de Mateu Alemany y de Jordi Cruyff.
Hasta ahora el Ejecutivo balear ha cumplido con con casi todas las expectativas y la mayoría de sus operaciones en el Barcelona han sido acertadas pero ahora le llega la hora de la verdad con dinero de verdad y con desafíos de renombre.