Apasionantes e imprevisibles. Equilibrados, dramáticos y sorprendentes casi todos ellos.
Por eso es tan grande la Champions League. Hemos visto cuatro emparejamientos de máxima exigencia y con una lucha enconada por llegar a semifinales.
Desgraciadamente el Barcelona quedó fuera cuando lo tuvo todo a su favor y ganaba en Su estadio por un gol a cero añadiendo al que se trajo de Paris. Pero la Jugada clave de la eliminatoria fue la expulsión y error de Araujo al derribar al jugador del PSG. Lo marcó todo y acabó por entregarle el partido a los hombres de Luís Enrique . Podemos debatir si es más o menos justa la expulsión , que parece que es una decisión aceptable aunque rigurosa pero el error del central uruguayo en cuanto a medir la acción es grave y el precio que pagó el equipo fue muy alto. Otra cosa es si se debe señalar al central en público por parte de algunos compañeros como ha sido el caso de Gündogan. Algo que no favorece al grupo y que parece poco compañero. Los males nunca vienen solos y habrá que ver cómo reacciona en este nuevo escenario y con este ambiente la plantilla de aquí a final de temporada, teniendo un magnífico termómetro el domingo al visitar el campo Del Real Madrid.
El idilio de los blancos con Europa es insuperable. Llegar a 12 semifinales en. Los últimos 14 torneos disputados es una auténtica salvajada se mire como se quiera Mirar. Ayer sin ir más lejos y con todos los pronunciamientos a favor del vigente campeón , el todopoderoso Manchester City de Pep Guardiola, realizó un enorme ejercicio de supervivencia hasta conseguir, casi milagrosamente llegar a la tanda de penaltis. Esa parecía la Única opción que le quedaba a los blancos que eran arrollados por el vendaval de fútbol celeste. Y no solo lo consiguió sino que además, incluso fallando su mejor lanzador , Modric, primer penalty, logró el pase con agonía a semifinales.
Y a partir de ahora se abre un nuevo escenario en la competición sin el gran favorito, el vigente campeón, el City.
Todo puede pasar, está mucho más abierto, pero en cuanto a emocion, tensión y pasión han sido unos Cuartos de final auténticamente eléctricos. Que nos quiten lo “bailao”.
