Ahora que parece que salimos de un período de estar más tiempo en casa, en los que no nos ha dado mucho el sol a muchos de nosotros, pero ya con las primeras salidas, queremos recordar la importancia de la prevención del daño solar en las distintas etapas de la vida. Los ojos y la piel presentan mecanismos intrínsecos de protección. A nivel ocular, las cejas y el parpadeo, actúan como los primeros filtros naturales y la contracción pupilar y el propio cristalino ejercen un efecto protector. A nivel dérmico, los mecanismos de adaptación y defensa son, el engrosamiento de la capa córnea, la melanina y las moléculas antioxidantes, las citosinas y el sistema de reparación de ADN. Pero estos mecanismos no siempre son suficientes para reparar los daños.
¿Qué podemos hacer para prevenir el daño solar en las diferentes etapas de nuestra vida?