Son los datos que refleja el 14º informe sobre pobreza y exclusión social dados a conocer este lunes por la Coordinadora Cántabra de ONG para el Desarrollo. Entre estos indicadores se encuentra la tasa AROPE, un parámetro que evalúa el riesgo de pobreza a través de la renta, posibilidades de consumo y empleo. Según este indicador, en 2023, el 22% de la población de Cantabria está en riesgo de exclusión social, lo que supone un incremento de 2,5 puntos con respecto al año pasado y la sitúa como la segunda región donde más aumenta es tasa.
En términos absolutos, son 129.000 las personas que están en riesgo de pobreza y exclusión en Cantabria. La comunidad ocupa el octavo puesto y su tasa es de 4,5 puntos inferior a la media nacional, mientras que en 2022 era la cuarta. La tasa aumentó entre las mujeres y por grupos de edad la mayor subida la experimentan los niños.
Crece también el indicador de pobreza severa en Cantabria y aumentan los indicadores de privación material y social severa. Se trata de 13 ítems que muestran la dificultad para acceder a productos básicos como ropa, zapatos o consumo de carne o pescado. En este sentido, la comunidad ha aumentado en 9 de estos 13 indicadores.
Desde la Coordinadora explican que, si no hubiera transferencias del Estado en Cantabria, en 2023 la situación de pobreza se hubiera ampliado a más de dos de cada cinco personas. Entre las causas de estos datos, desde las entidades señalan la subida de rentas inferior a la media nacional, la subida de los precios y la dificultad del acceso a la vivienda. Sobre esto último, urgen a la creación de una Ley de Vivienda en Cantabria. Además de la presentación de este informe, desde la Coordinadora también han presentado la semana contra la pobreza que arranca este lunes hasta y se desarrollará hasta el viernes 18 de octubre.