El impacto que la pandemia de coronavirus tuvo en la tasa de mortalidad de personas mayores a lo largo de 2020 fue "notablemente inferior" en Baleares que en el resto de España. Es una de las principales conclusiones del estudio 'Impacto de la Covid-19 y de las medidas para combatirla en las tasas de mortalidad de la población de Baleares', incluido en el 'Anuario del Envejecimiento' de la Universitat de les Illes Balears (UIB), que se ha presentado este jueves en Palma.
La investigación, a cargo de Myriam García-Olalla, Eliseo Navarro y Pilar Requena, ha analizado las tasas de mortalidad de la pandemia por edades y las ha comparado con las tasas de 2018 y 2019, así como con las tasas de otras comunidades autónomas para evaluar el impacto de las medidas impulsadas para combatir la crisis sanitaria. Los investigadores llaman la atención sobre el impacto en el número de defunciones en la población española en comparación con la balear.
Así, mientras que en el resto de España la mortalidad en el tramo 1-95 años habría aumentado un 16 por ciento tanto en hombres como en mujeres, en el archipiélago este parámetro bajaría al cinco por ciento para las mujeres y al 6,75 por ciento para los hombres. Sin embargo, también advierte el estudio que en el tramo de edad de mujeres de entre 30 y 40 años el impacto de la mortalidad fue similar o ligeramente superior en Baleares, posiblemente a consecuencia del predominio de la ocupación profesional de las mujeres en el sector sanitario.
El estudio apunta así que durante el año 2020 el comportamiento de las tasas de mortalidad varió muy significativamente en función de la edad. De este modo, concluyen, la intensidad con la cual la COVID-19 afectó a la población de edad más avanzada fue relativamente escasa, especialmente entre los hombres entre 70 y 85 años y las mujeres entre 80 y 90 años.
Por otra parte, también dentro del 'Anuario del Envejecimiento', el estudio 'Influencia de la pandemia en las intoxicaciones en la tercera edad' concluye que el grupo de edad de personas mayores de 65 años no sufrió durante la pandemia el "incremento desmesurado" de intoxicaciones suicidas que sufrieron otros grupos.
El estudio de Jordi Puiguriguer y Silvia Miralles analizó casos de intoxicados mayores de 65 años atendidos en un servicio de urgencias en 2019, 2020 y 2021. Según apuntan, el grupo de mayores de 65 años se mantuvo muy estable en las tres etapas estudiadas en lo referente a las intoxicaciones. Los investigadores advierten que durante la pandemia, aunque disminuyeron las intoxicaciones recreativas, aumentaron las intoxicaciones suicidas. El estudio reconoce que podría haberse esperado un incremento de las intoxicaciones con ánimos suicidas entre las personas mayores, al tratarse de un grupo de edad con alta mortalidad y que en muchos casos pasaron las fases más duras del confinamiento en soledad.
