Una de las claves de este proceso son las facturas, determinantes para apuntalar la acusación de malversación y falsedad documental contra el exdirector de Niemeyer, Natalio Grueso. Por eso el fiscal ha preguntado por una factura de un viaje a Nueva York en 2006 anterior a la constitución de la propia Fundación Niemeyer, pero facturada posteriormente a esa entidad.
Grueso -bastante a la defensiva- ha respondido que no sabe el motivo porque no estaba en el detalle de la contabilidad, aunque alguna vez -reconoce- enviaba facturas a la empresa subcontratada para esas gestiones.
Solamente pidió que se hiciese de la manera más fácil y transparente posible. Grueso se enfrenta a una pena pedida por el fiscal de 11 años de cárcel.