FÚTBOL

El peor Sporting de la Historia

Desde que se inició la Liga en 1928 nunca el club gijonés había estado peor clasificado que ahora en la jornada 30. Los rojiblancos son decimoséptimos en Segunda División y el fantasma del descenso planea ya sobre un equipocompletamente desnortado

Juan Gancedo

Gijón | 08.03.2022 11:45

Cuando parece que el Sporting no puede caer ya más bajo, va, se supera y lo consigue. La derrota de ayer en San Sebastián desató todas las alarmas, no ya por la situación clasificatoria (el equipo aún tiene 6 puntos de margen sobre el descenso) sino por la imagen transmitida semana tras semana: equipo triste, físicamente destrozado, sin ideas, sin orgullo y sin compromiso alguno. Alguien debería hacer algo en Mareo porque pese a que aún hay colchón, el Sporting jamás estuvo peor clasificado que ahora en toda su Historia: 17º en Segunda División en la Jornada 30. Los dirigentes, absolutamente bloqueados e inertes, sólo piensan en acabar el año para volver a intentarlo. Ellos creen sinceramente que lo hace todo bien, que los problemas no surgen por su culpa, sin realizar ningún tipo de autocrítica. Todo lo que no sea poner Mareo patas arriba a final de temporada será un paso más hacia un abismo en el que, de seguir por este camino, el club acabrá sumido antes o después como le ha pasado a otros (Deportivo, Racing, Murcia, Hércules...).

"Si no quieres que los resultados sean siempre los mismos, haz cosas diferentes". Esa máxima se desconoce en el Consejo del Sporting, que sigue apostando año tras año por los mismos técnicos en la Escuela, bajo la misma Dirección. Todos entraron en su día en Mareo bien por amistad, bien por otras oscuras razones, y todos siguen sobreviviendo en una entidad que ya ni puede consentir más tanta incapacidad manifiesta. Los directivos no meten goles, cierto, pero con sus decisiones condenan a un club más que Centenario a un mediocridad insoportable que acabará por aniquilar a una afición que ya no aguanta más. Ellos sabrán, pero deberían reflexionar.

En el campo, semana tras semana, sólo se refleja el caos en el que está sumida la SAD. El relevo en el banquillo llegó muy tarde, los jugadores han bajado su rendimiento a niveles impropios de unos profesionales y los fichajes de enero (caros e incorporados el último día de mercado perdiendo así un mes de competición) ni están ni se les espera. No hay nada, sólo el silencio.

La derrota en el Reale Arena fue sonrojante. El Sporting parecía un equipo de Tercera RFEF en manos de otro de Segunda RFEF. Sólo la falta de recursos del rival hizo incierto el marcador hasta el final, cuando llegó un penalti incomprensible que el VAR dio por bueno. Fue un error, pero quizás hubiera sido un error aún mayor que el Sporting hubiera puntuado para sacar pecho sus representates posteriormente pese al partido bochornoso que certificaron. Quizás mejor la derrota para que se pongan las pilas, porque van camino de convertirse en el primer Sporting que deje de competir en el fútbol profesional. Quedan 12 partidos por delante para arreglarlo, para que los futbolistas demuestren que tienen algo de orgullo. Y los dirigentes para decidir que no van a consentir semejante inmundicia en el club ni un mes más a partir del próximo julio. Si es que no hay entierro antes.

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