PODCAST DE ONDA CERO MARBELLA

¡Qué pares!

El golf se ha ido convirtiendo en un reclamo turístico más de la Costa del Sol, al nivel del propio 'sol y playa', sobre todo en el conocido como ‘triángulo de oro’. Es de hecho un motor económico que tira de otras actividades, generando indirectamente beneficios y puestos de trabajo. Incluso hace años que se acunó aquello de ‘la costa del golf’. En el panorama internacional se la conoce como ‘la Florida de España’. De hecho, aunque no hay datos exactos al respecto, esa parte de la costa este de Estados Unidos y Marbella, Estepona, Benahavís -que es el municipio de España con más hoyos por habitante- y también Mijas pugnan por ser las zonas en las que más hoyos haya por metro cuadrado en todo el mundo. Más de 30 campos hay por estos lares. El primero fue Guadalmina; el último, Azata, en Estepona.

Alfonso Olaso

Marbella | 17.12.2021 11:24

Unos 20 kilómetros cuadrados ocupan las calles, los ‘búnkers’, los ‘greenes’ y los pequeños lagos que componen la treintena de clubes de golf que conviven casi pegados unos a otros en nuestro entorno. Este deporte o esta actividad se ha convertido en un sustento vital para la economía comarcal una vez que termina el verano. Es ahora mismo el mejor remedio contra la estacionalización, o la apuesta más fiable para la desestacionalización. Y eso que a priori, la empresa era complicada. La situación geográfica de la Costa del Sol no era una ventaja según Ignacio del Cuvillo, el director del Real Club de Golf Guadalmina.

Pero el conocido ‘microclima’ de Marbella parece que lo contrarrestó. En cualquier caso a Norberto Goizueta, que se había recorrido en los años 50 toda Florida y también la costa oeste californiana, no le importó y, loco él que le decía la gente, apostó, no sólo por el golf, sino por el binomio que 70 años después aún funciona, del golf y el hotel o la variante algo más moderna del golf y el turismo residencial. Fue el primer campo de la comarca, pero no de la provincia, aunque con matices, porque no era todo él de hierba. Así que podemos decir que tal y como entendemos hoy un campo, sí fue el primero de toda la Costa del Sol, Málaga capital incluida. Entre él y AZATA, que es el último que se ha creado, han pasado más de 60 años, durante los que, viendo cómo el primero iba dando sus frutos, empezaron a los demás a inundar Marbella, Estepona y Benahavís.

Uno de los que más ágil estuvo y siguió los pasos de Guadalmina fue Los Naranjos, un club que actualmente es de los llamados ‘mixtos’: tiene socios, 325, y también ofrece la posibilidad de pagar por cada juego. Se nutre, como casi todos, principalmente de extranjeros. Tiene un único socio nacional. El resto, la mayoría, es de Suecia, señala el director, Julián Romaguera.

Siguieron emergiendo los campos, sobre todo en la década de los 80, hasta los 15 con que cuenta Marbella, los 12 de Benahavís y los 7 de Estepona. No fue sin embargo hasta la celebración de la Ryder Cup de 1997, en Sotogrande, cuando el golf terminaría de auparse en la Costa del Sol, recuerda la directora general de Turismo de Marbella, Laura de Arce.

Desde entonces, el golf ha capitaneado al equipo que lucha contra la estacionalización del turismo, venciéndola poco a poco. No ha acabado del todo con ella, pero sí ha sido y es un buen recurso para que la llamada temporada alta dure, si no todo el año, mucho más que antes. En esto coinciden todos, tanto la responsable de Marbella, como el delegado municipal de Deportes de Estepona, José Antonio Bandera y el concejal de Turismo de Benahavís, Scott Marshall.

El golf en la Costa del Sol ha servido además para que todo un conjunto de sectores económicos hayan aprovechado la expansión de los campos, para generar importantes beneficios. A restaurantes, tiendas, rent a car y sobre todo, promociones inmobiliarias se les iluminan los ojos cada vez que surge un nuevo campo.

Las cifras son muy claras: 1.827 euros de gasto medio por jugador o turista que viene a la Costa del Sol a tirar unas bolas, cuando el del visitante habitual no llega a 800; y una estancia media de casi dos semanas, por los menos de 10 días en el resto de los casos, por poner dos ejemplos. Además de los muchos empleos directos e indirectos que genera. Según Luis Navarro que es el coordinador del Circuito Andalucía Golf Challenge de la revista Andalucía Golf, un campo implica 25 trabajadores como mínimo y 250 puestos indirectos en el resto de sectores relacionados.

Todo ello gracias a unos campos de alta calidad. Los diseñan reputados profesionales de la talla de Javier Arana. En el golf de la Costa del Sol parece estar clara la máxima de que lo barato al final sale caro, o dicho de otra manera, si inviertes en dar buen servicio, el resultado llegará. Como el leivmotiv de este audible que Alfonso Olaso les ha traído demuestra.