Ayer se vivió uno de esos momentos que son importantes en cualquier ciudad y más aun en Marbella por su historia reciente. Empezó, o más bien se presentó, el comienzo de la obra del que será su cuarto centro de salud.
Cabe aquí una reflexión que creemos significativa: tan malos hechos relatan esos renglones de lo ocurrido en los últimos años en el municipio que celebramos que dentro de un año -si los plazos, por una vez, se cumplen- tendremos cuatro ambulatorios cuando deberíamos disponer ya, no de cinco, sino de seis, o por lo menos que éste último estuviera proyectado, al haber sobrepasado los 150.000 habitantes.
Fue tal esa alegría que decimos que al acto le sobró el final; bien en buen lógica la presencia y declaraciones de la alcaldesa y el delegado provincial de Salud, no tanto las manifestaciones de una portavoz vecinal, de afinidad política sabida por todos. Le restó quizá al momento esa importancia que tenía.