NO PARECE TAN DIFÍCIL. Más cosas buenas que la pandemia dejó en Marbella
La vivienda de uso turístico se consolida en Marbella. Era importante este 2022 para sacar conclusiones fiables, el año de la vuelta a la normalidad después de dos de pandemia en los que precisamente, y como ya se explicó varias veces, ese tipo de alojamiento para veraneantes terminó de afianzarse.
Así que podría decirse que aumenta el listado titulado “Cosas buenas que nos dejó el COVID”. A la seguridad que los turistas buscaban entonces en esos apartamentos o casas le suceden ahora su intimidad y la privacidad.
Y aquí en Marbella triunfan por encima de los demás las estancias de cierto nivel: villas con piscina o apartamentos en primera línea de playa; eso sí, siempre de carácter familiar. Todo ello con el condicionante de que los precios han subido. Así, resulta que hay menos ocupación, por ejemplo, que en Málaga capital, pero el gasto medio es mucho mayor, que al final es la clave para la economía local.
Evitar la masificación y tener más beneficios. Calidad en lugar de cantidad. Justo, por cierto, uno de los argumentos con los que la ciudad ha ido a FITUR.