Bioparc Fuengirola

La provincia, punto de conservación de una de las aves más amenazadas del mundo

Plumas coloridas, cuellos verdosos, blanquecinos o azulados; características llamativas que hicieron que históricamente los faisanes hayan sido considerados grandes trofeos de caza menor. Un grupo de aves perteneciente a la familia del pavo real que, a pesar de ser originario del continente asiático, es reconocido en todo el planeta. La provincia de Málaga puede presumir de ser un auténtico punto de conservación de una de las aves más amenazadas del mundo.

Redacción

Málaga | 07.04.2022 14:28

La provincia, punto de conservación de una de las aves más amenazadas del mundo
La provincia, punto de conservación de una de las aves más amenazadas del mundo | ondacero.es

Se trata del faisán de Edwads. Los faisanes cuentan con más de 50 subespecies, pero hay una en particular, el faisán de Edwards, también conocida como faisán de Vietnam, que siempre se ha visto amenazada. Es una especie que pasa desapercibida y no es tan llamativa como la mayoría de sus hermanas, pero ello no le ha evitado ser objetivo del ser humano, su principal amenaza. “No es muy colorida ni llamativa, pero siempre ha sido fácil su reproducción en cautividad. Contradictoriamente, esto ha jugado en su contra”, explica Antonio Garrucho, responsable de Zoología y coordinador de Aves de Bioparc Fuengirola. La última vez que se vio con vida a un faisán de Edward en un lugar que no fuera un centro de conservación animal fue en un mercado local de Vietnam, hace más de veinte años. Tan solo 381 ejemplares registrados en centros de conservación

Catalogada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especie en peligro crítico de extinción. En centros de conservación solo se contabilizan 381 ejemplares, dos de ellos en Bioparc Fuengirola. El centro malagueño es el único en Andalucía que trabaja para mantener viva esta subespecie de faisán que fue descubierta en 1896. Desde que en 2001 recibiera la primera pareja de faisanes de Edwards, Bioparc Fuengirola ha trabajado de forma coordinada con decenas de centros europeos pertenecientes a la EAZA para garantizar su supervivencia