En el último encuentro de Liga de 2016, los deportivistas lograron dejar la portería a cero por primera vez en todo el año y se van de vacaciones con 16 puntos, cuatro más que las posiciones de descenso, en las que se quedan los navarros con solo siete unidades, a cinco de la permanencia.
En su regreso a Riazor, donde se había sentado en el banquillo local entre 2005 y 2007, Joaquín Caparrós, que no ha logrado puntuar desde su llegada al club pamplonés, planteó el partido con un sistema de cinco defensas para tratar de contener a los locales y amargarles la tarde al contragolpe con Sergio León como referente ofensivo, pero pronto se le cayó el planteamiento.
El partido se convirtió en cuestión de segundos en un monólogo del Deportivo, que anunció el gol con una combinación entre el brasileño Guilherme, Navarro y Babel que Nauzet desbarató con una gran intervención cuando el balón amenazaba con colarse por la escuadra.
Un minuto después, en el siete, en el segundo saque de esquina consecutivo que ejecutaba el equipo coruñés, el rumano Florin Andone emuló el gol de Sergio Ramos que había dejado al Deportivo sin premio en el Santiago Bernabéu en la anterior jornada, y cabeceó al fondo de la red el centro del turco Emre Çolak para poner por delante a los deportivistas.
Osasuna no podía seguir siendo tan conservador y salió de la cueva a partir del primer cuarto de hora, poco después de que los locales rozaran el segundo tanto con un cabezazo de Guilherme en otra acción a balón parado, una falta lateral botada por Çolak.
A los rojillos se les notaba la ansiedad que tenían por llegar rápido al área del polaco Tyton, que tuvo que emplearse por primera vez a los quince minutos tras un disparo de Berenguer desde la frontal, aunque su ocasión más clara fue un lanzamiento de Fran Mérida que tapó Sidnei.
Cuando los de Caparrós se habían animado en ataque y estaban encontrando algunas figuras en la cobertura blanquiazul, el Deportivo reaccionó para buscar el segundo antes del descanso.
Pudo conseguirlo con un jugadón de Babel que Andone culminó con acierto pero en fuera de juego, y lo logró a tres minutos para el descanso con un pase en largo de Juanfran que superó a la zaga navarra, llegó a los pies de Carles Gil y este centró al segundo palo para que el holandés cabeceara a placer, con plasticidad y contundencia.
Riazor se quedó a oscuras por un corte en el servicio público general y el segundo periodo comenzó con 18 minutos de retraso y Osasuna más iluminado que el Deportivo con la entrada de Rivière por Fran Mérida.
Los navarros se asomaron al área local y tuvieron ocasiones para recortar la diferencia en el marcador, pero no las aprovecharon por falta de puntería o por mala suerte, como un inoportuno resbalón de Sergio León cuando iba a recibir el pase de la muerte.
El Deportivo también tejió jugadas para ampliar la cuenta, pero tampoco fue capaz de rentabilizarlas y el partido acabó como había llegado al apagón, con Osasuna muy tocado y los coruñeses, en una situación relativamente tranquila antes de Navidad.