SOSPECHOSO DE SÁBADO

Ignacio Varela: "En una democracia, acusar a alguien de electoralista es a la vez absurdo y cínico"

Nuestro sospechoso de sábado, Ignacio Varela, explica en Por fin no es lunes el electoralismo y las continuas contradicciones que se hacen a raíz de este término.

ondacero.es

Madrid | 22.04.2023 13:28

Estamos viviendo en un año electoral motivado por las elecciones municipales, autonómicas y generales que se vivirán en 2023. A raíz de esto, son muy comunes las acusaciones mutuas y sobre todo la de electoralismo como si fuera un gran pecado y a la que siempre se le da un sentido negativo pero ¿existe un electoralismo sano?

Según Ignacio Varela, el electoralismo tiene una parte buena que"indica que hay elecciones, lo que no se puede decir en todas partes del mundo" y, en cuanto al rigor, "todos los años son electorales porque todos computan en la conciencia del votante" pero, al llegar el momento de votar, se "intensifica la presión" aunque "ya sabes en quién confías y en quién no, y no se arregla en dos meses lo que se estropeó en cuatro años. "Es cierto que en estos meses que vienen, asistiremos a una orgía de hipérboles, disparates y sobreactuaciones ridículas" donde "los políticos barbarizarán como nunca" y lo excusaremos "con el pretexto de estar en campaña electoral".

A raíz de esto, todos se acusarán de hacer "electoralismo" que "en una democracia, acusar a alguien de electoralista es a la vez absurdo y cínico porque resulta que para llegar al poder y permanecer en él, es obligatorio pasar por el enojoso trámite de presentarse a unas elecciones y ganarlas", asegura el colaborador. "Si electoralismo es intentar merecer la confianza de la población y con ella su voto, bendito sea", añade.

"Resulta gracioso y patético que un político acuse a otro de actuar por motivos electorales, aún más cómico cuando se reprochan entre sí que hacen lo que hacen por motivos políticos, o cuando hablan despectivamente de un puñado de votos como si fueran basura y no lo más valioso que existe en una democracia" explica Ignacio Varela. Estas declaraciones, comenta, suponen para los políticos "una obviedad estúpida y, además, falsaria" que se atribuye al "electoralismo del malo".

En los tiempos políticos actuales, "no hay ninguna decisión política responsable que no tome en consideración, entre otras cuestiones, su posible efecto electoral", algo tan "natural y necesario" como el coste económico, asegura el autor. A su vez, agrega, en el caso de las descalificaciones a otras partes del debate político, cuanto más se acerquen a las elecciones, menos se debería de excusarlas porque "conviene tener un cuidado especial con lo que se dice y se hace, hay que mostrar lo mejor de ti mismo y no lo peor, y hay que respetar a aquellos a quienes piden el voto".

Ignacio Varela pone en valor la figura política de la ex canciller alemana, Ángela Merkel, porque desempeñaba un papel en la política de "electoralismo inteligente" que "ganó 4 elecciones seguidas y no ganó más porque no quiso". "La forma más efectiva del electoralismo consiste en hacer las cosa bien y explicarlas durante todo el tiempo, sin esperar a que las elecciones estén encima" con la receta de "gobierna con el empuje de quien está en la oposición y haz oposición con la responsabilidad de quien está en el gobierno".

Para finalizar el sospechoso afirma que "existe un electoralismo de calidad que es inteligente, responsable y sano; y existe uno de chatarra que es necio, impúdico y gorilesco. Llevo como casi medio siglo en este negocio, he visto cientos de ejemplares de ambos modelos y el marcador histórico demuestra que, con el primero, se compite mucho mejor que con el segundo".