La nostalgia de las lozas, vajillas y otros objetos de la cocina del pueblo
Duralex, por ella, no pasan los años. Nació en Francia, en 1945 y se mantiene como el primer día. Es resistente, funcional, atemporal y con un diseño sencillo. Durante años ocupó un lugar preferente en la cocina de las abuelas y hoy alguno de los grandes chefs la despliegan sobre sus manteles... Todo un clásico de nuestra infancia, que aún se comercializa en más de 100 países y se conserva en muchos hogares españoles.