Felipe VI cumple hoy 56 años. Y Pedro Sánchez quiere regalarle la aprobación de la ley de amnistía esta tarde en el Congreso. Una norma que consiste en borrar de un plumazo todos y cada uno de los delitos que cometieron los protagonistas del procés y a los que el monarca puso en su sitio tres días después de la tropelía.
Esas palabras todavía escuecen en los delincuentes, así que eran del todo correctas. Hoy, el presidente del Gobierno, postrado de hinojos ante los secesionistas, entregado a todas sus exigencias, va a liderar la aprobación de una ley que pretende ignorar todas aquellas tropelías y vaciar de contenido el histórico discurso del rey.
Bonito regalo de aniversario del presidente del Gobierno al jefe del Estado que, consciente él sí de cuáles son sus obligaciones constitucionales, no tiene más remedio que firmar la vergonzosa ley que va a salir del Congreso.