Israel lamenta la muerte de siete cooperantes en Gaza víctimas de un misil lanzado por su ejército. Ejército que promete una investigación transparente. Lo que Hamás hizo el 7 de octubre contra Israel fue una canallada propia de terroristas que se atribuyen la representación del pueblo palestino sin que nadie se la haya otorgado. Pero la respuesta que desde entonces está dando el gobierno de Netanyahu es desproporcionada, injusta e inhumana.
Justificar el asesinato de civiles, incluso de hambre, porque entre ellos se esconden terroristas, no se sostiene. Ni apelando a la justicia humana ni a la divina en la que se apoya el estado de Israel. Una y otra defienden absolver, proteger a cien culpables antes que condenar, matar a un inocente.