Queda una semana de campaña y lo que menos hemos escuchado son propuestas autonómicas y municipales. El avispero está rabioso y en las últimas horas lo que hemos visto es, como diría el protagonista de Blade Runner, cosas que no creeríamos en una democracia por parte de los que nos gobiernan. Una ministra vestida con una camiseta que señala a un ciudadano particular en el Congreso, la misma ministra Belarra que por la tarde anunció una ley para castigar con cárcel a las empresas antiokupas mientras aprueba una ley de vivienda que carga contra los propietarios de segundos pisos. Su compañera Irene Montero avasallando a una votante que le recriminó lo abultado de su patrimonio que la ministra justificó en la herencia recibida. Las mismas herencias contra las que ella arremete porque son cosas de ricos. Un presidente del gobierno que mima a Bildu mientras sostiene que el PP vivía mejor con ETA y, mientras tanto, la presidenta suplente del Congreso, de Podemos, que expulsa de la tribuna a una diputada de Vox que llama brazo de ETA a los de Otegi. De lo más edificante.