La vicepresidenta Teresa Ribera apuesta por conciliar las expectativas de colectivos feministas y los colectivos trans en la futura Ley. Una declaración políticamente correcta e impecable pero un desideratum imposible.
Las dos almas del PSOE están en una situación irreconciliable. El presidente del gobierno, que durante años acusó a Mariano Rajoy de dejar morir los problemas, ha decidido afrontar la guerra interna de la misma forma: dejando que el conflicto se diluya en el trámite parlamentario.
Hasta el día de hoy era la oposición la que reclamaba al presidente del Gobierno que se pusiera al volante. Hoy se lo reclaman en su partido y en el Gobierno.