Los ciudadanos terminamos sufriendo los efectos de esos ajustes. Por eso, el nivel de indignación se dispara cada vez que contamos que alguien ha metido la mano en la caja del dinero de todos. Desde hoy el ex director general de empleo de la Junta de Andalucía tendrá que explicarle a la juez si es cierto que el dinero de los parados se gastaba en fiestas y cocaína.