Diamantino de Aranda de Duero nos cuenta que él es portugués, y siempre tiene en su reloj la hora de Portugal. "Estoy muy pendiente y sé que cuando estoy aquí en España es una hora más", asegura, y añade hace esto porque va muy a menudo a Portugal, "y no voy a cambiar la hora todas las semanas".
Desde Granada nos llama Mari Tina, que recuerda que el día de su boda casi todos los invitados llegaron tarde porque la noche anterior fue el cambio de horario. "Ellos fueron a su hora", bromea.
Nos vamos a Toledo para escuchar a José Antonio, que menciona un viaje que hizo con su mujer para visitar a su hijo en San Francisco. "Salimos de Madrid a las 6 de la mañana, y cuando llegamos eran las 11:30 de allí", explica. Y destaca que su hijo les llevó por la noche a ver un partido de la NBA: "Nosotros ya no sabíamos ni las horas que llevábamos levantados", cuenta, y añade que incluso con el ruido que había a su alrededor, "nos dormimos en el asiento de la cancha de baloncesto, tan tranquilos".
Encarna, de Salamanca, es una afortunada a la que no le afectan los cambios de horario. "Voy cada dos años a Chile y en cuanto llego allí me aclimato", asegura.
Y Alberto, de Madrid, recuerda que gracias al cambio de hora consiguió una novia: "Un amigo y yo quedamos con una chica, y como él no llegaba me llevé yo el gato al agua", cuenta, aunque confiesa que luego fue su amigo el que se casó con ella.
Además, contamos con la opinión del experto José Luis Casero, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, que nos explica las razones de estos cambios de hora.